26- Lo Que No Se Ve 01

Antes que nada reitero: «¡Maldito Mundo!» es un grito de libertad, es la proclamación de una independencia, no de Dios sino de los sistemas que están contra El, aunque esos sistemas se encuentren en la «iglesia que vemos» que no es necesariamente la «iglesia que no vemos, pero que es»…

Lo Que No Se Ve no se ve, por lo menos no a simple vista, no con los recursos y «aparatos» con que usualmente vemos lo que se ve.
No nos atrae (no necesariamente) porque si no se ve, ¿cómo?
Nos abruma a algunos pero desde adentro, con un inmenso deseo de verlo, de no escuchar lo que se ve diciéndonos «esto es lo que hay», de no prestarle atención a sus evangelistas (a los de lo que se ve) y hacer el esfuerzo.
No necesita hacernos un «striptease» para atraernos, es simple, parece ordinario, siempre ha estado por eso no necesariamente le prestamos atención. Porque lo que se ve nos hace entender que todo debe tener luces, humo, bulla, lo que no se ve nos susurra desde donde no podemos verlo hacia donde nos encontramos, hay que descubrirlo.
Eso toma esfuerzo, un deseo, uno o dos o tres pasos, un movimiento.
¡Metanoia!
Un giro, de 180 grados.
Un salto a lo que parece vacío, oscuro, pero que está iluminado y… lleno.
Donde está lo que no se ve es donde deberíamos estar, pero preferimos estar donde podemos ver lo que se ve, aunque eso no significa que necesariamente vemos.
Lo que se ve nos da la impresión de seguridad.
Lo que no se ve nos lleva a la libertad.
Dios nos llama desde donde no se ve a donde estamos, donde está lo que se ve.
Miedo: aceptable. Pero el miedo a las voces de rechazo: inaceptable.
Fe, un instrumento.
Decisión, imprescindible.
¡Metanoia! El grito.
¡Maldito Mundo! Un abrazo.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.