El lugar de la mujer en la Iglesia por Eduardo Cartea Millos

El lugar de la mujer en el culto de la congregación

Aunque estamos hablando del rol del varón en la iglesia, necesariamente tenemos que estudiar la posición y actividad de la mujer, como contraposición.

Subordinación o sujeción

1Cor.14.34;1Tim.2.12. Significa que el lugar de ellas es de sujeción, no de liderazgo.

Silencio

Silencio en la enseñanza y la oración públicas (1 Cor.14.34-35; 1 Tim.2.8-15).

La enseñanza pública. 1 Tim. 2.11-12; 1 Cor.14. 34.

Ya hemos visto este asunto en 2.3.2.

Pero agregamos que Pablo está hablando con autoridad apostólica (“Quiero…”; “No permito…” 1 Tim.2.8, 12; “No les es permitido… 1 Cor.14.34).

Las mujeres pueden enseñar. La Escritura lo afirma y lo manda: Hechos 18.26: 21.9; Tito 2.3-5). Pero la Escritura enmarca su enseñanza en los límites de la congregación o iglesia.

La oración pública. 1 Tim. 2.8-10.

A pesar de que algunos ven en las palabras iniciales del v.9 (“Asimismo que las mujeres..”.) la posibilidad de que la mujer también pueda orar en público –es decir, interpretando: “Asimismo, que las mujeres oren… ), creemos que se resuelve mediante el término que el Espíritu Santo usó en el v.8: “Quiero, pues, que los hombres (andras: varones) oren…”. Diferente al de los v.1, 4 y 5: anthropon: hombres en sentido genérico, es decir, humanidad.

Así que son los hombres varones (gr. “tous andras”) los que pueden “orar levantando manos limpias… en todo lugar…”, es decir donde la congregación se reúna en el culto público.

Las mujeres (gr. “gunaikas”) no pueden ejercer autoridad sobre el hombre (v.12, otra vez, andras)enseñando la palabra autoritativa, o guiando a la congregación en la oración pública.

La razón teológica sobre el silencio de la mujer.

No cabe duda que la Palabra no está enseñando esto para una época solamente en que las costumbres imponían el silencio decoroso de la mujer en una asamblea o reunión pública. .

Hay una razón teológica en el trasfondo que impulsa al apóstol a dejar este mandamiento:

Por Creación: “Adán fue formado primero, después Eva”. Hay un orden prioritario. El varón es el que tiene la iniciativa, el liderazgo, la “voz cantante”.

Por Caída: “Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión”. Adán no fue el primero en ser engañado (gr. apatao). Fue la mujer seducida y engañada (gr. exapatao, tal vez: “completamente engañada”) por Satanás (cp. 2 Cor.11.3, donde aparece la misma palabra), e incurriendo en transgresión, es decir “yendo más allá de sus límites”, “dando un paso hacia fuera del camino de la obediencia”, hizo caer a su esposo.

En vez de seguirlo, decidió dirigirlo. Fue delante del hombre por el camino del pecado (Lacueva). Eso está fuera de la Voluntad del Dios Soberano.

La mujer, en la congregación, no debe enseñar, sino aprender. No dirigir, sino seguir.

La reivindicación de la mujer. 1 Tim. 2.15.

La maternidad es la forma en que la mujer se reivindica de su desobediencia y transgresión. No porque ser madre le salve espiritualmente, pero, en forma genérica, así como fue el vehículo para la introducción del pecado en el hombre y en el mundo, así también es el canal de bendición para el mundo, al ser de su simiente el Salvador de los hombres y al criar hijos en el temor y la amonestación del Señor.1 Tim.1.5; 3.14-15.

Señal de autoridad sobre su cabeza – 1 Cor.11.3-16

La cubierta en la cabeza de la mujer es uno de los 4 símbolos que el Señor Jesucristo ha dejado para su iglesia: Los otros son el pan, la copa y el bautismo.

El velo o cubierta señala, como símbolo, esa aceptación de la subordinación al varón.

No es una mujer subordinada a un varón independiente, sino también subordinado a otra Persona. No hay mujer independiente, ni varón independiente. Cada uno está subordinado a una Cabeza, a un orden prioritario. El hombre y la mujer son interdependientes en los designios de Dios para el Universo (1 Cor.11.11-12).

El orden establecido: v.3
Este versículo es un enunciado teológico, que es la base de la doctrina que se desarrollará en los versículos siguientes.

El por qué de la cabeza descubierta del varón: v.4, 7-8

El varón es imagen y gloria de Dios, y fue designado para representar los atributos de su Creador. Por “gloria” debe entenderse la manifestación visible de la naturaleza de Dios.

Así que en presencia de Dios y de los creyentes reunidos como iglesia no debe cubrirse para no velar la gloria de Dios. Su cabeza visible, hará visible la gloria de Cristo.
Por lo tanto cubrir su cabeza, es afrentar (o deshonrar), no su propia cabeza, sino la que él representa, es decir, a Cristo. La NVI traduce: “Todo hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta deshonra al que es su cabeza”.

El por qué de la cabeza cubierta de la mujer: v.5-6

Así como el varón es imagen y gloria de Dios, la mujer es “gloria del varón”. No dice “imagen”, pues ella unido a él, son ambos imagen de Dios.

Pero ella es gloria del varón, y por lo tanto, ante la presencia de Dios en la congregación de los creyentes, debe cubrir su cabeza.

De otro modo será afrenta o deshonra para su cabeza. Otra vez, no la suya propia, sino de aquel que es su cabeza, es decir, el varón. Porque en tal caso aparecerá ante Dios y su Pueblo como si fuera un varón.

Las 3 razones teológicas: v. 7-9.

Pablo enuncia 3 razones:

El varón es imagen y gloria de Dios; la mujer es gloria del varón.

El varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón

El varón no fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.

Estas razones dan peso de verdadera “doctrina” a esta enseñanza, y no una mera costumbre oriental de los primeros siglos de la era cristiana.

La señal de autoridad: v.10.

La cubierta, o velo, es una señal o símbolo de que la mujer reconoce la autoridad divina, ocupando el lugar que Dios le asignó en sus propósitos eternos y soberanos.

Notemos que dice: “sobre su cabeza”.

Diferencia entre el cabello y la cubierta de la cabeza.

La causa de los ángeles: v. 10.
La Iglesia –dijo alguien- es la Universidad de los ángeles. Los ángeles anhelan ver las manifestaciones de la gracia infinita de Dios en su Iglesia (Ef.3.10; 1 Cor.11.10).

Los ángeles, seres sujetos a la voluntad de Dios (Isa.6.2-3) se gozan de ver el culto, y la obediencia de la mujer sujeta al varón mostrada en el uso de la cubierta sobre su cabeza.
Finalmente el Apóstol presenta tres argumentos:

El argumento teológico: v. 12

El argumento estético: v.13-15

El argumento eclesiológico: v.16


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