*** Maravillosa Gracia ***


¿Qué hay en nosotros que atrae la maravillosa gracia,

misericordia y perdón de nuestro Salvador?
¿Es que hay alguna clase de belleza,
bondad, o fortaleza en nosotros?
¿Tenemos algún potencial?

¡No! Es nuestra gran necesidad y absoluta impotencia lo que atrae Su gracia.
Es nuestra debilidad la que atrae Su fuerza. Nuestra condición de impotencia
se encuentra ilustrada en el hombre paralítico en Marcos, capítulo dos:
“Entonces vinieron a él unos trayendo a un paralítico…” (Marcos 2:3).

Este es un cuadro de absoluta impotencia, de un hombre sin ninguna gota de
fuerza ni poder. Es más, este hombre ni siquiera podía ir ante Cristo por sí
mismo. Observe nuevamente a esta criatura impotente, débil y temblorosa –
prisionero de su propio lecho. Ese es usted y yo antes de poder conocer del
poder de Cristo.

Al estar Jesús ante este hombre discapacitado y a quien habían bajado por el
techo, Jesús no hace mención alguna de su condición física. El Señor
eligió traerlo a la presencia del Padre limpio y sin faltas. Él sería
aceptado antes de ser sanado. “Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al
paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados” (Marcos 2:5).

¡Qué hermoso cuadro del amor de Dios en Jesucristo! Aquí observamos a un
hombre discapacitado y tan abrumado por su enfermedad que no puede murmurar
un quejido o proferir una débil confesión.

“Somos hechura suya, creados en Cristo Jesús…” (Efesios 2:10). El
Fariseo, con todas sus buenas obras, sus alardes, nunca atrajo la gracia del
Señor. No por obras, para que nadie se gloríe.

Muéstrenme un hijo de Dios que batalla contra un pecado que lo acosa, alguien
que se encuentra abatido por el peso de su culpa y desesperación, alguien que
se siente impotente y débil – y yo les mostraré aquél que es el objeto de
la gracia abundante. Donde el pecado abunda, sobreabunda la gracia

(ver Romanos 5:20).

Cuando usted se haya arrepentido, ¡apóyese con fe en el trabajo finalizado en
la cruz! A través de la fe en Él, sus pecados están cubiertos por la sangre.
Ahora usted vive en el otro lado del velo, sentado con Cristo en los lugares
celestiales, acepto en el amado, ¡uno con Cristo y el Padre! La ira de Dios
por sus pecados ya ha sido pagada. Usted es ahora más que un vencedor,
moviéndose y viviendo en el Espíritu. Usted está lleno de la plenitud y del
poder de Cristo para enfrentar todas las cosas que pertenecen a la vida y a la
santidad. ¡Usted es la niña del ojo de Dios, renovado en su mente, y hecho
heredero de todo lo que le pertenece a Cristo el Señor!

Fuente : David Wilkerson

DA GRACIAS A DIOS POR TUS BENDICIONES!!!!!
TENEMOS TANTO POR AGRADECERLE.
NOS HA DADO LA VIDA A TRAVEZ DE JESUCRISTO!!!!


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