Alabanza para el deprimido (abatido y afligido)

Como seres emocionales que somos estamos expuestos a muchas formas de reaccionar y ver todas las cosas de muy diferentes formas y maneras. Como seres emocionales que somos, yo te puedo decir que alguien hasta se puede afligir por que no tiene un juguete. Alguien se puede afligir por que no le hace caso una persona. Alguien tal vez se aflija por que no tiene la mansión que quería o el carro de lujo que quería. ¿Increíble no?

El salmo 42 es una historia de alguien que luchaba en su interior con alguna forma de abatimiento y aflicción (Depresión) . De alguna manera este levita que escribió este mazkil (mazkil significa poema con enseñanza o con inteligencia), había descubierto algo y nos comparte. Quiere decir que aquí hay sabiduría en este canto y poema a la vez. El mismo autor se pregunta varias veces:

 

¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí?

 

Según el diccionario, abatimiento  es falto de energía, de fuerza o ánimo, generalmente a causa de una desgracia u otro suceso negativo. También es desvío del rumbo de una nave por efecto de los vientos o de las corrientes. Por otro lado la palabra aflicción, aunque no es muy común hoy día decir estoy afligido, usamos más la palabra triste. Pero todos sabemos que hay grados de tristeza. La aflicción se define como: provocar molestia, sufrimiento o dolor físico, por ejemplo enfermedades que afligen el cuerpo, también es causar tristeza, angustia o pena, sentir pena, tristeza o dolor. Es muy común ver personas muy contentas y poco después muy tristes. Tal vez les llego una noticia y su estado de ánimo cambio. Pero también es imposible negar que somos personas muy emocionales, aun la persona más callada y poco expresiva tiene emociones dentro de sí.

Por imposible que parezca la navidad es una época muy hermosa para muchas personas, pero para muchos otros es depresión, soledad y tristeza. Ahora bien, estas emociones por raro que esto parezca están controladas por nuestro sistema de creencias. Por ejemplo yo creía que cuando tuviera mi automóvil nuevo este traería felicidad a mi vida. Yo creía que cuando me uniera en matrimonio seria la persona más feliz del mundo. Etc. Son sistemas de creencias que controlan nuestro sistema emocional. Mi pregunta para ti es: ¿De que dependen tus emociones y sentimientos? ¿De que creencias dependen tus tristezas, aflicciones o falta de energía?

La vida y los golpes de la vida nos enseñan muchas veces que nuestro sistema de valores y creencias están equivocados. Por ejemplo, hay enseñanzas y lecciones que me han costado mucho sufrimiento. Pero al fin traen una enseñanza. Algunas veces reaccionamos y nos damos cuenta que el sufrimiento fue sin razón. En una ocasión yo tenía un dolor de oído, y empecé a sufrir y creer que me iba a morir. Eso lo traje por un tiempo y guarde el secreto que ya me iba yo a morir, hasta que se me ocurrió ir al ver al doctor. Cuál sería mi sorpresa que solo unas gotitas curarían mi dolor. Me hubiera ahorrado tanta preocupación y sufrimiento tan solo por ir inmediatamente al doctor.

El escritor del Salmo 42 se decía así mismo:

¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí?

Y el mismo se contestaba:

“Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.”

 

Sin duda el escritor había descubierto una gran verdad, había descubierto una medicina espiritual para el alma. Como seres emocionales todos pasamos por estos momentos de tristeza profunda, de dolor, de sufrimiento, de depresión, por muchos motivos ya que esto es real y nadie como ser humano está exento de estos sentimientos. De repente el salmista se acordó de algo, los tiempos de alabanza y adoración en la congregación. Aquel desbordamiento de alegría que producía el alabar a Dios. Entonces el dijo:

 

1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
    Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.    
 
2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
    ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?

 

Entonces nació en él una sed por alabar y adorar a Dios. Sabiendo que él había sido saciado ya una vez o más veces en la alabanza a Dios, el recordó y dijo: “Yo anheló esos momentos de estar con él adorándole y alabándole”. El se pudo dar cuenta, “esto que me pasa es porque tengo sed  de Dios”. “Dios es la respuesta a esta mi necesidad”.

 

Yo te pregunto a ti: ¿Estás padeciendo aflicción y abatimiento espiritual? ¿Sientes un vacio espiritual? ¿No será que tienes sed de Dios y no te das cuenta? ¿Sera que has buscado en otros lugares y no has encontrado la respuesta para tu tristeza y tu dolor?. ¿Sera que tu sistema de creencias va a ser removido? ¿Sera que has buscado y no encuentras la fuente de tu felicidad?.

Identifícate con el autor del Salmo 42, Fíjate cuán grande tristeza estaba experimentando el escritor:

 

3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
    Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?    
 
4 Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí;
    De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios,
    Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.

 

Y es que en esos momentos de tristeza y desesperación, Dios parece tan ajeno y distante a nuestra necesidad. En medio del problema vemos a Dios muy pequeño y lento en responder. Y en esa depresión viene una respuesta que el mismo salmista conocía:

 

5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

 

De repente él se dio cuenta que en la alabanza estaba la respuesta a su necesidad. Si mi amigo y hermano, la alabanza muchas veces es la respuesta a tu tristeza y tu necesidad experimentar a Dios. De pronto el salmista se dio cuenta que la respuesta a su aflicción y abatimiento estaba en la alabanza. Y el mismo se tuvo que convencer a sí mismo:

 

5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

 

“Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.”

 

Medita en estas palabras, el tuvo que decir: “sabes que depresión mía, tristeza mía, soledad mía, espérame porque voy a alabar a mi Dios, mi Salvación y Dios mío”.

 

6 Dios mío, mi alma está abatida en mí;
    Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,
    Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.    
 
7 Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;
    Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.

 

Yo te voy a pedir que leas varias veces el párrafo anterior, y date cuenta que el salmista pensó en Dios, recordó aquellos momentos de alabanza a Dios, reconociendo su condición, reconociendo su tristeza, pero acordándose de la grandeza de Dios.

Jordán significa “descender”, es el lugar donde nos humillamos delante de Dios y Dios nos dignifica. Es un lugar muy significativo para el pueblo de Dios. Es cambiar nuestro sistema de valores y creencias. Esto sucede en nuestra mente mientras alabamos y bendecimos el nombre de Dios. Dios cambia tu manera de pensar en la alabanza. El monte Mizar significa “separación”, si, ahí se dio cuenta, que hay pensamientos y creencias que nos separan de Dios. Cosas que nos hacen sentir muy lejos de Dios. Sin duda el mismo Dios nos hace ver las cosas que debemos dejar, que nos separan de él incluyendo pensamientos, emociones, creencias equivocadas. Esas creencias producen en nosotros un vacio. Es decir hay un vacio entre nuestra alma y la de Dios. Es un abismo de separación. Nos sentimos lejos de Dios. La culpabilidad por un pecado que nosotros mismos no nos perdonamos produce un abismo entre Dios y nosotros. Es nuestro sistema de creencias.

 

8 Pero de día mandará Jehová su misericordia,
    Y de noche su cántico estará conmigo,
    Y mi oración al Dios de mi vida.

 

Entonces pasa algo maravilloso, el salmista comienza a recordar su misericordia, y comienza a cantar tal vez de su misericordia, a orar a él con un poema, con un cantico de alabanza. Empieza a recordar lo que dicen las alabanzas… y se olvida de sus problemas por un momento.

 

 

9 Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí?
    ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?   
 
10 Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan,
    Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?

 

Muy pocas personas se dan cuenta que cantar y alabar a Dios, es hablarle a él. Si, es una manera espiritual y diferente de hablar con él. Pero es hablar con él, con el Dios autor de la Salvación. Recuérdalo, alabar a Dios es hablar con él. De manera que él nos entienda. De manera que podamos comunicarnos con él. ¿Te das cuenta? Así como se dice “el idioma Ingles es el idioma de los negocios”, y si no hablamos algo del idioma Ingles pues no hay muchos negocios que podamos hacer, imposible no nos podemos comunicar. Así es la alabanza, es una forma de comunicarnos con Dios.

 

11 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
    Y por qué te turbas dentro de mí?
    Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
    Salvación mía y Dios mío.

 

Muchas de las respuestas a tus problemas y aun a tus tristezas, están en la alabanza. La alabanza es fortaleza, es fuerza, es vigor, es energía, es gozo. La alabanza sacude los malos ánimos, aun las opresiones del enemigo. Cualquier situación que pretenda robarte la alegría de vivir, que te quiera robar la felicidad, muy bien le puedes decir:

 

 5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

 

¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?   
 
10 Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan,
    Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?

 

Entonces comienza a alabar su grandeza y su poder, entonces comienza a darle gracias por lo que él está a punto de hacer en tu vida, entonces que los cielos escuchen tu alabanza. Y puedas decir:

 

“Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio”. Salmos 18:2

 

Estoy seguro que si yo te recomiendo unas pastillas para tu depresión o tu malestar, lo más seguro es que vayas y las compres y te las tomes para sentirte mejor. En algo tan sencillo, aun mas que ir a la farmacia y gastar en medicinas como lo es alabar a Dios, ¿podrías tú intentar alabar al creador de tu cuerpo, de tu mente y de tus emociones?

Alaba a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Y experimenta esas cascadas de gozo, de amor y de felicidad que están fluyendo de parte de él.

 

“No os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” Nehemías 8:10

 

Que muy pronto puedas decir:

¡El gozo del Señor es mi fuerza! ¡El gozo del Señor es mi fortaleza! ¡Siempre le alabaré!.

Cuando Dios te llene de gozo, cuéntamelo.

¡Bendiciones!

[email protected]

 

Leer Alabanza para el deprimido (abatido y afligido) en Blog Cristiano de Abdiel Salas


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