EL FIN SE ACERCA

Por: Mary Paula
Iglesia Puerta de Bendición
e.mail.Mary.paula200hotmail.es

El profeta Daniel, de acuerdo al calendario de la Biblia, recibió una profecía que abarcaba 2300 años. En el calendario Bíblico esta profecía se ubica 3,600 DA. Así que la misma abarca el periodo desde (3600 DA-5900 DA)o el año 1900 DC. Ese periodo marca el periodo profético de Jesucristo cuya primera profecía sobre Jerusalén y su destrucción ocurrió en el año 70 DC, cuando el Emperador Tito destruyó la ciudad Santa de Jerusalén y el templo.Unos años después Roma ardía en la ira de Dios.

La erupción del volcán Vesubio enterró con su lava la ciudad de Herculano y con cenizas, gases y piedra a la ciudad de Pompeya en agosto de año 79. Nueves años después que Tito destruyera a Jerusalén. Fue horrible, espantosa, apocalíptica la escena de aquella catástrofe que hirió el orgullo del Imperio Romano.
Una vez más se cumplían las palabras de Dios: «El que maldiga a Israel será maldito y el que lo bendiga será bendecido», no me pregunte, ¿Por qué?, pero esa ha sido la historia de este pueblo: Egipto, Babilonia. Asiria, Grecia, Roma, España, Rusia.
Alemania…Pero no crea, si un pueblo ha sufrido el azote de la mano de Dios ha sido éste por soberbio, desobediente, engreído. Pero lo que ha sufrido no será nada como lo que le espera en tiempos del anticristo, en la Gran Tribulación.Las profecías de este Siglo son terribles. Son el principio de dolores de lo que le espera a la humanidad.
No es juego, no son tonterías, no hay la mínima duda de que esto será así. Vasta con mirar la historia de estos últimos cien años. Pero no hemos aprendido, somos torpes como los burros, nos dedicamos a mirar hacia el horizonte y nos olvidamos del cumplimiento profético que está en las páginas de las Sagradas Escrituras.
El día se oscurecerá y se cubrirá de tinieblas, el llanto, el crujir de dientes se escuchaban por todas las ciudades mientras la lava, la ceniza, el gas venenoso, las piedras terminaba con la vida de cientos de miles de personas en un instante.
¡Ay!¡Qué débiles somos ante la ira de la naturaleza!, pero nos creemos ser dueño del planeta, lo agredimos continuamente, envenenamos sus fuentes de agua, el aire, el espacio, hacemos estallar bombas atómicas bajo nuestra superficie provocando desastres y callamos… es el ser humano un agresor consistente provocando el caos donde Dios puso la armonía.
Cubrimos la tierra con la sangre de nuestros hermanos como hizo Caín con Abel. Y luego nos orgullecemos con una medalla por todos los seres a quienes les quitamos la vida en nombre de la paz, la libertad y el poder.Somos unos farsantes que proclamamos a Dios y sembramos el odio, la muerte, la injusticia, la cobardía, el abuso por todo el planeta.
Sacrificamos los bosques, las tierras, las aguas por nuestro orgullo se construir y construir, y entonces la Naturaleza nos advierte y nos derriba nuestros edificios majestuosos, y el mar se enfurece, y los vientos y la tierra grita de ira por nuestras faltas contra ella.
Nos creemos los reyes de la tierra pero la Majestad de este planeta es Dios. Es su planeta, él lo hizo con todas sus leyes físicas, no reconocemos al inventor de las leyes y ponemos por alto al que la descubre.¿Quién es más grande, el que descubre la Fuerza de Gravedad o aquél ser que la creó?,
Hoy nos maravillamos de que podemos ver los anillos de Saturnos y nos aplaudimos porque los hemos visto, pero qué es más maravilloso, él que lo toma una foto o el que adornó a este planetas con esa maravilla de hermosura.Realmente no sabemos apreciar la grandeza de nuestro Dios ni la majestuosidad del Planeta.
Si lo agredimos, el nos va a responder. Y no hay poder en la tierra que pueda evitar su castigo.

No hay tinieblas ni sombra de muerte donde se escondan los que hacen maldad. Job 34:22He aquí Dios es grandes y nosotros no le conocemos, ni se puede seguir las huellas de sus años. Job 36:26


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