Dinero y la Iglesia II

Dinero y la Iglesia
(segunda parte)

Hoy día -hablar de dinero en la iglesia- es tocar un tópico controversial. Mientras, el mundo secular parece al acecho de cada nuevo escándalo financiero, la propia iglesia navega entre dos aguas: Aquellos que prefieren ocultarlo todo bajo un manto de compasión y los que vaticinan juicios apocalípticos. En el medio, muchas víctimas sinceras… 

Esto ha provocado algunos resultados lamentables. Están aquellos que centran el evangelio en una suerte de «lámpara de Aladino» donde Dios existe sólo para satisfacer nuestros deseos materiales. Los cultos se convierten en una subasta de quién da más para obtener más. Y el predicador un mero recaudador espiritual de dinero. 
Pero también puedes encontrar a iglesias enteras que tienen miedo al dinero. Para justificar eso, han convertido a la pobreza en una virtud espiritual. No se atreven a predicar de dinero y -por lo tanto- viven de la «caridad ajena» El estado de estas iglesias y sus pastores es por demás deplorable. La mendicidad es la marca de estos ministros…

Así que el dinero es un tema polémico pero… ¿Por qué esta discusión? Porqué no hay tanta polémica con la manera en que las tabacaleras embolsan sus millones. Porqué -por ejemplo- un político que engordó su fortuna personal a costa de una función pública vuelve a ser reelegido. Esta impunidad que favorece a la sociedad se vuelve en contra de la iglesia pero… ¿Porqué? 
Podríamos ir en varias direcciones aquí pero me voy a concentrar en una. En la historia, nadie había calificado al dinero como un dios. Cristo lo hizo y le llamó Mamón. Mamón significa riquezas pero más que una figura expresa un concepto. En Mamón encontramos la personificación del dios dinero.
Alguien dijo: «Mamón evoca la seguridad económica y el éxito en los negocios» No puedo menos que sorprenderme de esta definición. Si hay una generación materialista y consumista por excelencia, esa es la nuestra. Pero, la noticia, es que ahora también una gran parte de la iglesia moderna va en la misma dirección

Muchos pastores e iglesias se congregan en el «Nombre de Cristo» sólo para adorar al dios Mamón. Un show cristiano salpicado con la teología de Mamón. Casi como los israelitas de antaño que adoraban a los ídolos en el templo de Jehová ostentando las riquezas como lo hacía la iglesia de Laodicea

Esto que sucede con el dinero no es un mero problema de avaricia pero revelador de la verdadera condición en que camina una parte de la moderna cristiandad. Una iglesia así gana publicidad pero pierde impacto real. Estoy hablando del impacto que causaban los creyentes primitivos en un tiempo en que la fe costaba la reputación, el dinero y la vida…

El dinero es un dios y -por lo tanto- competirá por nuestra lealtad. Nadie puede tocar un dios sin herir la sensibilidad de sus seguidores. Los hay dentro y fuera de la iglesia. Para muchos el dinero es una «vaca sagrada» porque es el ídolo al cuál sirven. Su credo puede resumirse: «Pídeme cualquier cosa pero… ¡No toques mi dinero!» 
Uno de los conflictos más duros que Pablo tuvo fue cuando «liberó» a una muchacha con «espíritu de adivinación» Uno de los desafíos más grandes es cuando tenemos que tratar con gente que cargan la teología de Mamón. Esto despertará no pocas polémicas. Una cosa es que la gente de más para obtener más y otra -muy diferente- es que la gente de más para sacrificar más… ¡Eso duele y mucho!   

Alex de la Iglesia



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