Pureza Sexual … LOS VALIENTES DE DAVID

Saludos nuevamente a todos ustedes que defienden día a día su pureza sexual

El sábado 23 de abril tuve la oportunidad de estar ante un extraordinario grupo de hombres, que han sabido vivir una hombría muy diferente a la que se promulga muchas veces por las calles de este mundo.  Son hombres que, por meses, se habían preparado para un enfrentamiento como nunca antes habían experimentado; una batalla extraordinaria.  En ese día, estos hombres forcejearon, cara a cara, contra un enemigo lleno de artimañas y disfraces; experto en mentiras y trucos.  Un enemigo que los había atacado sorpresivamente, por la espalda, mediante emboscadas y con la cara oculta.  En ese día, estos hombres batallaron contra la lujuria sexual en sus vidas y vencieron.

Allí, frente a otro grupo de valientes que los apoyaban, cada hombre se paró para hacer un recuento detallado de cómo la lujuria sexual había impactado sus vidas; cómo el veneno de la impureza sexual les había ganado ventaja gradualmente hasta robarles su voluntad.  En su gran mayoría, estos hombres representan a una generación que muchas veces no le abrió la puerta a la lujuria sexual voluntariamente.  No se trata de una generación de hombres que comenzaron a satisfacerse del sexo porque quisieron.

Allí, en aquella tarima, frente a un micrófono, cada hombre abrió y leyó la carta de su vida.  Se trata de una generación de hombres impactada, golpeada, herida y marcada por la decisiones y modelaje sexual de los adultos de su infancia.  Allí escuché sus relatos de vida y escuché cómo, en su gran mayoría, estos hombres fueron abusados sexualmente.  Cómo la lujuria sexual de un adulto causó una profunda herida, de donde se desangró toda inocencia de sus años de infancia. Niños, ahora hombres, que cuando sus pequeñas mentes infantiles estaban diseñadas para jugar con juguetes, ellos se convirtieron en los juguetes sexuales de mentes pervertidas.

¿No resulta esto una gran ironía?  Ante un mundo que elogia el listerismo masculino, que promueve la doble vida sexual en los hombres, que estimula el secreto y el encubrimiento, una minoría de hombres valientes se levantan para decirnos:  ”Esta es mi historia…”  Digo que es una soberana ironía, porque Pablo, por ejemplo, en 2 Corintios 3, nos invita a ser cartas escritas, no escritas en tablas de piedra, no con tinta, sino en los corazones, mediante el Espíritu de Dios.  La verdad es que aunque hemos sido llamados a ser cartas abiertas, para ser leídas y conocidas por la gente, en el área de nuestra sexualidad, somos más un pergamino enrollado y cerrado para que nadie sepa lo que vivimos y cómo somos.

Allí leí las cartas del corazón de estos hombres y pude experimentar el poder de la tinta de Dios, que mediante su Espíritu, grabó cada letra, cada palabra, cada vivencia.  Vi una clase de hombres que se atrevieron a hablar de sus luchas contra la lujuria sexual y cómo este enemigo los había engañado y manipulado por años. Escuché relatos desgarradores sobre el golpe inmisericorde de la lujuria sexual en el seno de la familia, en la escuela, en el vecindario.  Escuché la historia de niños abusados sexualmente por sus propios padres, por sus hermanos, por sus mentores y pastores.  Niños que crecieron escapando para no morir.  Niños con la confianza asesinada por las mismas personas que todo el mundo y la sociedad les dijo que debían confiar.

Luego, de adultos, estos niños copiaron muchas veces los patrones de sus abusadores.  Así crecieron estos hombres, confundidos sobre lo que es una sana sexualidad. Hombres que nunca tuvieron un modelaje de pureza, pero que hoy, pueden vivir una vida pura.  Me siento profundamente orgulloso de esta clase de hombres, este pequeño ejército de valientes que ha sido llamado a conquistar al mundo y abrir las prisiones de media humanidad encadenada a la lujuria sexual.

Con estos hombres me hermanan las heridas del abuso sexual; el modelaje de impureza de los adultos; la confusión sobre mi sexualidad, el aislamiento, el dolor, la vergüenza, el secreto, el sentimiento de fatalismo irremediable al sentirme derrotado vez tras vez por este enemigo y, finalmente, la lucha por vivir una pureza radical.

Nuestra historia nos recuerda la misericordia de Dios.  No vamos al pasado para justificarnos o culparnos.  Más bien, vamos a nuestra historia para ver que le servimos a un Dios que sana, que levanta, que restaura.  Un Dios que toma lo descartado del mundo, lo señalado, lo acusado y condenado y lo levanta para que todo el mundo vea y reconozca las certezas de Su poder y de Su amor.

Así como aquellos valientes de David se convirtieron en los guerreros más extraordinarios, ustedes han caminado ese mismo camino, sólo con el poder de Dios.  Amados valientes:  Ustedes saben quiénes son.

Por respetar su confidencialidad, mantengo sus nombres en la privacidad de sus luchas.  Ahí, sólo el voto de Dios y su aplauso de Padre orgulloso será suficiente.

Un abrazo,

Edwin Bello

Fundador

Pureza Sexual…  ¡Riega  la  Voz!


PD: Escucha el audio testimonio de Edwin Bello de cómo pudo vencer a la lujuria sexual.  Presiona pureza sexual para acceder.


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