JUAN 65. LOS ÚLTIMOS DÍAS EN JERUSALÉN 2

Juan 13:21-30

21 Después de decir esto, Jesús se sintió muy preocupado, y dijo: «Yo sé que uno de ustedes me va a traicionar».

22 Los discípulos comenzaron a verse unos a otros, sin saber de quién estaba hablando.

23 El discípulo favorito de Jesús estaba sentado junto a él mientras cenaban.24 Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara a Jesús de quién estaba hablando.25 Ese discípulo se acercó más a Jesús y le preguntó:

–Señor, ¿quién te va a traicionar?

26 Jesús le respondió:

–Es el que va a recibir el pedazo de pan que voy a mojar en la salsa.

Jesús mojó el pan y se lo entregó a Judas, el hijo de Simón Iscariote.27 En ese mismo instante, Satanás se metió en el corazón de Judas.

Jesús le dijo: «Judas, apúrate a hacer lo que has planeado».

28 Pero ninguno de los que estaban allí entendió lo que Jesús había dicho.29 Como Judas era el encargado de guardar el dinero del grupo, algunos pensaron que Jesús le había pedido que comprara lo necesario para la fiesta de la Pascua, o que repartiera dinero a los pobres.

30 Después de recibir el pan, Judas salió inmediatamente. Para entonces, ya estaba oscuro.

Jesús anuncia en este pasaje que Judas, uno de los doce, alguien que había compartido con Él esos tres últimos años, iba a traicionarlo y entregarlo a las autoridades. Judas, precisamente Judas, una de las doce personas escogidas por Jesús para que estuvieran con Él.

Al hablar de este hecho Jesús, según dice la Escritura, estaba profundamente conmovido. De nuevo el evangelio pone de manifiesto la humanidad de Jesús y su reacción ante situaciones de sufrimiento como el sentirse traicionado y abandonado por alguien que, sin duda, consideraba su amigo.

Me ha hecho pensar cómo se debe sentir Jesús cada vez que yo, de manera intencional, deliberada, consciente y premeditada peco contra Él. Cómo debe sentirse cuando traiciono la confianza que ha depositado en mí. Qué sentimientos deben venir a su corazón al ver mi inconsistencia, inmadurez y voluntaria opción por todo aquello que le desagrada y por lo que vino a morir.

Pensaba que cada pecado es una pequeña o gran traición al amigo que siempre espera lo mejor de mi vida.

Un principio

CADA PECADO ES UNA PEQUEÑA TRAICIÓN AL ESTILO DE JUDAS.


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