El derramamiento del Espiritu Santo en estos últimos días será un ministerio de uno en uno. Cuando el enemigo venga a atacar al cuerpo de Cristo con cansancio y la mentira de que fuimos rechazados y que hemos perdido la efectividad, entonces el Espíritu Santo animará a aquellos que son capaces de traer palabras de consuelo para refrescarse los unos a los otros. Dios no envía un ángel; El usa a aquellos que han aprendido a pasar por las tribulaciones y pruebas con gozo para animar y refrescar a otros mientras ellos pasan por sus pruebas.
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