Mostrando el rostro de Dios

«…Acepta mi presente, porque he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios, pues que con tanto favor me has recibido» Génesis 33:10

Jacob estaba regresando a su tierra, pero había todavía un asunto pendiente: su hermano Esau.

Jacob huyó de su hogar porque Esau lo quería matar, ahora Jacob regresaba y un temor lo invadía: el temor de encontrar la muerte.

Es por esto que Jacob envía parte de su ganado como un regalo para su hermano «Porque dijo: Apaciguaré su ira con el presente que va delante de mi, y después veré su rostro; quizá le seré acepto» Génesis 32:20

El encuentro estaba a punto de ocurrir ¿cómo reaccionaría Esaú? después de todo, Jacob le robó su herencia…

«Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echo sobre su cuello, y le besó, y lloraron» Génesis 33:4

Es entonces cuando Jacob dice las palabras que inician esta reflexión, ver el rostro de Esaú al recibirlo de esta manera, fue como ver el rostro de Dios mismo.

¡Que gran lección para todos nosotros! Muchas veces nos preguntamos ¿qué está haciendo Dios por los necesitados de mi nación? ¿por mi familia? ¿por mis amigos?

Pero en este pasaje aprendo que con mis acciones puedo mostrarles a Dios, así que más bien debería preguntarme ¿que estoy haciendo por los necesitados de mi nación? ¿la gente al ver mi rostro y mis acciones ven a Dios?

Aprendo que Dios se puede manifestar en las personas…

¡Incluyéndome!


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