Ayer un amigo me recordó sobre dos fechas importantes en su vida y en la mía.
El sábado 6 de Julio de 1,996 Jorge Erdmenger – quien es el Director en la Fráter de los Grupos C.A.F.E. (Células de Atención Familiar y Evangelismo) – se casó con Claudia Rosales. Como que si nada hoy celebran 15 años de casados y lo celebramos con ustedes. Oramos porque el Señor les permita llegar – junto a sus dos hijos Daniel y Kristen – a sus bodas de Plata (25 años) y a sus bodas de oro (50 años). Si Dios me da la vida, aunque sea todo viejito y con bastón en mano, ahí estaré con mi esposa celebrando sus bodas de oro.
No pude asistir a su boda por algo que les contaré en un momento. Pero fue inolvidable para ellos y para los del grupo de jóvenes, pues eran de las primeras parejas que se casaban. Además el maestro de ceremonias (quien fue su mejor amigo del grupo de jóvenes) en un momento de la ceremonia le dijo a los presentes cuando debían sentarse: Por favor, ¡pónganse sentados! a lo que como buenos chapines nadie se rió…
¡Wow! El tiempo pasa pero las amistades verdaderas se mantienen. Siguen siendo amigos y sobre todo Jorge y Claudia siguen amándose a pesar de cualquier situación que seguramente han enfrentado, porque comprenden que hay que tratar a la pareja como se desea ser tratado y porque son fieles discípulos de Jesús.
El 15 aniversario de los Erdmenger me recordó de un aniversario difícil en mi vida. No, no me casé en esa fecha. No, no me gané la lotería ese año. Sino que todo lo contrario. No pude asistir a su boda porque me estaba recuperando de uno de los ciclos de quimioterapia que me habían aplicado.
El 12 de Mayo de 1,996 me gradué del Instituto bíblico Cristo para las Naciones en Dallas Tejas. Al regresar a Guatemala no me sentía bien de salud y fui al doctor. Y seis o siete semanas después me estaban operando para quitarme un tumor canceroso y a la semana aplicándome quimioterapia de forma intravenosa. Realmente la quimioterapia es asquerosa. No más entra en el cuerpo, uno puede saborear el horrendo sabor en todo el cuerpo como si uno se convirtiera en una lengua gigante. Produce náuseas constantes y si uno vomita, las náuseas no se van sino que continuan. Pero gracias a Dios todo pasó y 15 años después este mes es el aniversario de esa fecha en donde como que volví a nacer. En una próxima publicación les cuento cómo enfrenté ese momento en mi vida. Pero hoy sólo puede decir: Dios, viva o muera, te amo.
Para reflexionar:
¿En dónde estará en 15 años?
¿Estará vivo?
¿Cómo se ve?
¿Está tomando las decisiones correctas para llegar ahí?
Probablemente estará casado. ¿Será con la persona indicada?
Le recomiendo leer las 4 publicaciones sobre: ¿Cómo conseguir un novio o una novia espectacular?
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