«Estableceré un pacto contigo y con tu descendencia después de ti, de generación en generación: un pacto perpetuo, para ser tu Dios y el de tu descendencia después de ti « Génesis 17:7
La palabra pacto describe como fue la relación de Abraham con Dios y describe también como es la relación entre el ser humano y Dios.
Dios le cambió el nombre a Abram y lo llamó Abraham, que significa padre de multitudes; además le dió la siguiente promesa: «te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti» (Génesis 17:6)
Son promesas muy hermosas las que Dios le dio a Abraham, al igual que muchas de las promesas que Dios nos ha dado a nosotros; pero Dios añade «En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. Este es mi pacto… será circundicado todo varón de entre vosotros» (Génesis 17:9-10)
Abraham tenía que cumplir su parte, ese día «todos los varones de su casa, el siervo nacido en casa, y el comprado del extranjero por dinero, fueron circuncidados con él» (Génesis 17:27). La circuncisión era una señal externa de que Abraham y Dios tenían una relación personal.
En este texto aprendo que en nuestra relación con Dios no podemos hacer lo que le corresponde a él y él no va a hacer lo que nos corresponde a nosotros.
Así que siempre que en mis oraciones tenga ganas de quejarme ante Dios debería preguntarme ¿yo estoy cumpliendo con lo que me concierne?
Estoy seguro de que Dios siempre cumple su parte…
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