Funciones y responsabilidades del Varón como Sacerdote del Hogar Parte 2: “Orando por nuestras familias”

Es increíble como en el corazón de Dios existe el deseo de que cada hijo suyo sea un sacerdote. Si pensamos en este diseño es como la mejor mercadotecnia. Tú conoces un producto excelente y lo recomiendas a todos tus amigos. Si pensamos bien en este diseño, Dios lo hizo para que pudiéramos relacionarnos con personas y mostrarles el camino a Dios. Ser sacerdote del Dios altísimo es un honor, es el diseño de Dios para el hombre y asi de esa manera todos lleguen a conocer a Dios.

La palabra sacerdote aparece más de 800 veces desde Génesis hasta el Apocalipsis:

“Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén”. Apocalipsis 1:6

 

“Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”. Apocalipsis 5:10

“Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”. Apocalipsis 20:6

 

Yo me pregunto, si sabemos vamos a ser reyes y sacerdotes junto con Cristo, ¿no vale la pena aprender a ser reyes y sacerdotes desde hoy?. Tal vez será una función eterna o solo durante el milenio, no lo sé con certeza. Pero muy bien vale la pena comenzar a aprender y hacer la parte del sacerdocio que nos corresponde. ¡Comenzando por nuestras familias!.

La vez anterior veíamos como un Padre de familia debe conocer a Dios, y que el sacerdote es un puente que conecta a la familia con Dios. Hoy estaremos viendo como el varón padre de familia debe interceder por su familia.

 

I – El varón padre de familia como Sacerdote debe Orar o interceder por su familia:

“Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo harás”. Éxodo 30:1

“Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará”. Éxodo 30:7

“Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso; rito perpetuo delante de Jehová por vuestras generaciones”. Éxodo 30:8

“Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos”; Apocalipsis 5:8

 

Nuestras oraciones suben como incienso al trono de Dios y Dios las recibe como olor fragante. Debemos orar por nuestras familias, por cada uno, esposa, hijos e hijas, esto es agradable ante Dios. Otro ejemplo lo vemos en el libro más antiguo del mundo.

 

“Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. Job 1:5

  

Es un privilegio y un honor traer nuestras oraciones por nuestra familia, esto honra a Dios, esto agrada y es la voluntad de Dios. Dios honra la oración del varón porque hay una bendición sacerdotal y paternal fluyendo a través de la familia.

Jesús es nuestro sumo sacerdote e intercede por nosotros.

“ Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,  por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,  y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,  acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió”. Hebreos 10:19-23

 

Hay una bendición sacerdotal que fluye cuando nosotros cumplimos con este mandato de Dios. La oración en si no tiene nada mágico, es la obediencia en lo que estamos haciendo. Es el hacer lo que Dios pide en su palabra la que hace que este fluir de bendición comience. Jesús como nuestro gran sacerdote está haciendo que esta bendición fluya de parte de Dios. 

Varones hagamos la función de intercesores de nuestra familia. Primeramente esposa y después los hijos… ya que somos la cabeza del hogar. Seamos un ejemplo de este amor que fluye desde el Padre por medio de la intercesión de Jesús. Veamos lo que dice el salmo 133, aunque siempre lo usamos para las reuniones de iglesia.

 

!!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es, Habitar los hermanos (La familia) juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón,Y baja hasta el borde de sus vestiduras; (Habla de la bendición sacerdotal que fluye de arriba hacia abajo –orden puesto por Dios). Como el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna. Salmo 133.

   

Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna…

Mis hermanos y amigos, esta es promesa de Dios, Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna!!!

 

Recibamos ese fluir de bendición y vida eterna que fluye del Padre, al conectarnos a Jesús y su vez conectar nosotros a nuestras familias por medio de la sangre de Jesús.

 

Próximo tema Parte 3: El varón como Sacerdote de la casa para bendecir a su familia.

Bendiciones de lo alto. Cualquier comentario escríbeme.

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