Amada, quiero revelarte un secreto sagrado.
Si bien soy tu Dios, también soy tu esposo eternal.
Pronto vendré para llevarte hacia la eternidad.
Mi deseo es quitar el velo de que cubre tus ojos
para que puedas ver quién eres realmente,
mi princesa , mi novia.
Soy el amante de tu alma.
Añoro estar lo suficientemente cerca como para
mostrarte un atisbo de mi infinito amor por ti.
Si me buscas con todo tu corazón, me revelaré
de maneras extraordinarias.
Si te presentas delante de mi y asi lo pides, daré a
tu corazón una esperanza nueva que cambiará para
siempre tu modo de verme, de verte, y de ver
al mundo que te rodea.
Con amor tu Creador y Esposo.
Porque tu esposo es tu Hacedor,
El SEÑOR de los ejércitos es Su nombre;
Y tu Redentor es el Santo de Israel,
Que se llama Dios de toda la tierra.
Isaias 54 : 5
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