HECHOS 54. EL MINISTERIO DE PABLO. EL TERCER VIAJE MISIONERO 4


HECHOS 19:21-40

21 Tiempo después Pablo se vio obligado por el Espíritu[d] a pasar por Macedonia y Acaya antes de ir a Jerusalén. «Y, después de eso —dijo—, ¡tengo que ir a Roma!». 22 Envió a sus dos asistentes, Timoteo y Erasto, a que se adelantaran a Macedonia mientras que él se quedó un poco más de tiempo en la provincia de Asia.

Disturbio en Éfeso

23 Por ese tiempo, se generó un grave problema en Éfeso con respecto al Camino. 24 Comenzó con Demetrio, un platero que tenía un importante negocio de fabricación de templos de plata en miniatura de la diosa griega Artemisa.[e] Él les daba trabajo a muchos artesanos. 25 Los reunió a todos, junto con otros que trabajaban en oficios similares y les dirigió las siguientes palabras:

«Caballeros, ustedes saben que nuestra riqueza proviene de este negocio. 26 Pero, como han visto y oído, este tal Pablo ha convencido a mucha gente al decirles que los dioses hechos a mano, no son realmente dioses; y no sólo lo ha hecho en Éfeso, ¡sino por toda la provincia! 27 Por supuesto que no sólo hablo de la pérdida del respeto público para nuestro negocio. También me preocupa que el templo de la gran diosa Artemisa pierda su influencia y que a Artemisa —esta magnífica diosa adorada en toda la provincia de Asia y en todo el mundo— ¡se le despoje de su gran prestigio!».

28 Al oír esto, montaron en cólera y comenzaron a gritar: «¡Grande es Artemisa de los efesios!». 29Pronto toda la ciudad se llenó de confusión. Todos corrieron al anfiteatro, arrastrando a Gayo y Aristarco, los compañeros de viaje de Pablo, que eran macedonios. 30 Pablo también quiso entrar, pero los creyentes no lo dejaron. 31 Algunos de los funcionarios de la provincia, amigos de Pablo, también le enviaron un mensaje para suplicarle que no arriesgara su vida por entrar en el anfiteatro.

32 Adentro era un griterío; algunos gritaban una cosa, y otros otra. Todo era confusión. De hecho, la mayoría ni siquiera sabía por qué estaba allí. 33 Los judíos de la multitud empujaron a Alejandro hacia adelante y le dijeron que explicara la situación. Él hizo señas para pedir silencio e intentó hablar; 34pero cuando la multitud se dio cuenta de que era judío, empezaron a gritar de nuevo y siguieron sin parar como por dos horas: «¡Grande es Artemisa de los efesios! ¡Grande es Artemisa de los efesios!».

35 Por fin, el alcalde logró callarlos lo suficiente para poder hablar. «Ciudadanos de Éfeso —les dijo—, todos saben que la ciudad de Éfeso es la guardiana oficial del templo de la gran Artemisa, cuya imagen nos cayó del cielo. 36 Dado que esto es un hecho innegable, no deberían perder la calma ni hacer algo precipitado. 37 Ustedes han traído a estos hombres aquí, pero ellos no han robado nada del templo ni tampoco han hablado en contra de nuestra diosa.

38 »Si Demetrio y los artesanos tienen algún caso contra ellos, las cortes están en sesión y los funcionarios pueden escuchar el caso de inmediato. Dejen que ellos presenten cargos formales; 39 y si hubiera quejas sobre otros asuntos, podrían resolverse en una asamblea legal. 40 Me temo que corremos peligro de que el gobierno romano nos acuse de generar disturbios, ya que no hay razón para todo este alboroto; y si Roma exige una explicación, no sabremos qué decir». 41 [f]Entonces los despidió y ellos se dispersaron.

Lucas, el escritor del libro de los Hechos, narra en estos versículos un curioso episodio que se dio en la ciudad de Efeso. El autor del libro indica claramente que la situación fue provocada, a causa del nuevo camino del Señor. Dicho de otro modo, debido al evangelio.
El hecho de que un número creciente de personas se volvieran seguidoras de Jesús ponía en peligro uno de los principales negocios de la ciudad de Efeso, la reproducción y venta de miniaturas en plata del templo y la estatua de Artemisa o Diana. Los perjudicados en sus intereses económicos soliviantaron a la población y se produjo un auténtico motín.
¿Qué se puede aprender de esto? Yo pensaba en las inesperadas consecuencias de vivir la fe de forma coherente. Creo que cuando vivo y sigo a Jesús de forma consistente, tal y como Él espera, se han de producir dos tipos de consecuencias. La primera, es que hay personas que son bendecidas porque nuestra vida es y ha de ser un foco de bendición para todos los que nos rodean, comenzando por nuestras familias y extendiéndose en círculos concéntricos hacia todo nuestro entorno.
La segunda, es que la cultura, el status quo, el sistema de valores y prioridades de este mundo es cuestionado y confrontado por nuestro estilo de vida. Y esto, naturalmente, no le gustará a todo el mundo y tendremos que enfrentar oposición, lucha y conflicto. Pero, tal y como dijo Pablo, todo aquel que quiera vivir siguiendo de forma coherente a Jesús sufrirá persecución.


Un principio

Todo el que quiera seguir a Jesús de forma consistente sufrirá conflicto con el status quo

Una pregunta

Al analizar tu vida a la luz del principio ¿Qué ves, qué dejas de ver?


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