Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás

Is 55, 10-11: “La palabra, que sale de mi boca, no volverá a mí vacía”

Así dice el Señor:

“Como bajan la lluvia y la nieve del cielo,
y no vuelven allá sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
para que dé semilla al sembrador y pan al que come,

así será mi palabra, que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará mi voluntad
y cumplirá mi encargo”.

…»La palabra que sale de mi boca»…es como la semilla que el sembrador esparce; es como la lluvia y la nieve que empapan la tierra y la fecundan.Cuando la lluvia cae sobre la tierra, ésta responde y hace saltar la semilla hasta alcanzar su fruto. La lluvia no cae en vano. Así es la Palabra de Dios, como la lluvia. Por eso dice el Señor: «La palabra que sale de mi boca no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo». Cuando Dios habla, comienza una verdadera historia en la que no se vuelve nunca al principio como si no hubiera sucedido nada. Dios no habla por hablar, Dios habla para salvar a los hombres. Y los salva.Sus promesas son hechos.

Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada.Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido.

Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado.
Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida». hebreos 10: 35-39

«Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas,pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.» (Santiago 1:2-4)

Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados».
Isaias 53:5

«Hijo mío, atiende a mis consejos; escucha atentamente lo que digo. No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón. Ellas dan vida a quienes las hallan;son la salud del cuerpo». Proverbios 4:20-22

«Padre no voy a batallar más por mi sanidad, dejaré de buscar mi sanidad y comenzaré a buscarte a ti mi sanador.Me concentraré en adorarte y agradecerte por la obra que estas haciendo en mi, por formar mi carácter y desarrollar en mi la paciencia.Padre yo creo que por las llagas de Jesús, yo soy sana, atenderé tus consejos, escucharé tu palabra, las guardaré dentro de mi corazón, no seré de los que se vuelven atrás, perseveraré con tu ayuda, porque deseo de todo corazón ser de tu agrado.
En el nombre de tu amado hijo Jesús amén.»


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