Mujer virtuosa,
¿quién la hallará?.
Porque su estima
sobrepasa largamente
a la de las piedras preciosas.
Se levanta aún de noche
y da comida a su familia
y ración a sus criadas.
Considera los caminos de su casa,
y no come el pan de balde.
Se levantan sus hijos
y la llaman bienaventurada;
y su marido
también la alaba.
Muchas mujeres
hicieron el bien;
mas tú sobrepasas
a todas.
Prov. 31:10, 15, 27, 28, 29
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