En nuestro caminar, se presentan muchos cruces en los cuales no distinguimos bien las señales. En cada caso, tenemos que tomar una decisión. Una decisión equivocada, en un segundo, puede cambiar tu vida y la de los tuyos.
Se vive ignorando esta realidad.Lo cierto es, que nos encontramos con muchas encrucijadas, ante cada una de ellas debemos tomar una decisión. Debemos meditar, calcular y pensar en las consecuencias de nuestra decisión.
En lo que respecta a nuestra vida espiritual una decisión equivocada nos puede apartar de los hermanos, de la iglesia e incluso de la fe.
Es cierto que nuestra salvación no depende de nosotros, sino de Dios que tiene misericordia. Sin embargo, la Palabra de Dios es clara en este asunto. No todos los que dicen profesar la fe, son hijos de Dios. El mismo Jesucristo advierte de esta terrible verdad.
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La predica Juan Bascuñada
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Un alto en el camino
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