¿Que es la libertad?

Por Rousas J. Rushdoony

Las últimas dos décadas han visto unadivergencia radical en la doctrina de la libertad. El pensamiento deJean-Jacques Rousseau y el Marques de Sade están alejados enormemente delpensamiento cristiano. La libertad para ellos era en individualidad, en unaradical independencia de Dios y del hombre. Para de Sade requería un desafío dela opinión pública y de la moralidad. El hombre libre “hacia su propia vida” aexpensas de los demás y en un total alejamiento de los estándares aceptados.Los estudiantes rebeldes de los ´60, y los escritores de guiones para películasy televisión reflejan esta perspectiva. La libertad en este sentido requiere larebeldía. A pesar de lo ridículo de la rebeldía los proponentes de esta modernadoctrina de libertad la siguen rigurosamente. En el proceso, la razón es sacrificadaen aras de este ideal sin ley y de libertad rebelde. El pasado es visto comouna cadena porque ninguna otra cosa sino su anárquica libertad es lo quenecesitará este hombre libre.
En contra de esto, la doctrina cristiana de lalibertad comienza con el hecho de que el pecado es esclavitud y Cristo nos dalibertad por su poder regenerador. La caída (Génesis 3:5) hizo al hombre unpecador y un esclavo por causa de su ilusión malvada de que puede ser su propiodios y saber o determinar por sí mismo lo que es bueno y lo que es malo, correctoo incorrecto, ley y moralidad. Nuestro Señor nos dice que es por conocerle a Élcomo Señor y como la verdad que somos libres (Juan 14:6; 8:32-36). Esencialpara la doctrina cristiana de la libertad es la premisa de que la libertad es ala manera de Dios, no a la nuestra, y que la Palabra –Ley de Dios es el caminoa la libertad cuando somos regenerados. Su acto salvador nos hace libres delpecado, y Su Ley provee el paso a la libertad.
El concepto anticristiano de libertad comenzócon la aseveración del hombre de tratar de asir la libertad sin Dios, nolibertad bajo Dios. Ser libres de Dios significa libertad de Su ley. El pecadoes antinomianista (anti-Ley) hasta la médula. Requiere una dedicación religiosaal inmoralismo, el cual es visto como libertad cuando en realidad es el caminoa la muerte.
Las premisas de Rousseau y de Sade son ahoralas premisas de nuestros tribunales de Ley, y el dejarse llevar hacia elpositivismo legal ha sido un firme alejamiento de cualquier fundamentoreligioso y moral de la Ley. Las tecnicidades de la Ley han reemplazado a la justiciacomo la base de más y más decisiones de las cortes, y de los derechos manufacturadosy las autorizaciones inventadas han suplantado a la justicia.
Así, los fundamentos de nuestra civilizaciónestán siendo destruidos, y las iglesias, por su modernimos y antinomianismo,están muy a menudo al lado de los enemigos de Cristo. Un aspecto de larevolución creada por Rousseau y de Sade es la adoración de la Naturaleza. Peroesta es otra manera de exaltar la caída del hombre debido a que la naturalezatambién ha caído. Europa era un lugar muy diferente antes de que el hombre cristianocomenzara su trabajo redentor, construyendo diques y reclamando al mar en Holanda,y tornando los lugares desérticos en fincas productivas en Francia y en otros lugares.
Estados Unidos también se estaba volviendo unatierra sin uso como resultado de la obra del búfalo puesto que grandes manadasde alrededor de 100.000 bisontes destruían árboles y aplastaban la tierra hastadejarlas en un montón de polvo suelto. Fueron los pioneros cristianos quienesreclamaron la tierra y la cuidaron abonándola hasta que se tornara productiva.Fue necesario invertir capital para establecerse en el oeste, o, aún más temprano,en el este, debido a que se necesitó tiempo hacer el terreno productivo.
Los hombres libres son trabajadores,productivos y orientados hacia el futuro. Los hombres caídos son esclavos delpecado, y debido a que ellos se ven a sí mismo como dios (Génesis 3:5) ellos gravitan alrededor de respuestaspolíticas en vez de preferir trabajar. Por medio de sus palabras “creadoras”buscan cómo legislar el bienestar, la riqueza y la libertad cuando en realidadlo que están haciendo es destruyéndola. Así que la pregunta “¿Qué es lalibertad” debe ser encarada. No podemos aceptar la respuesta del hombre caídosin destruirnos a nosotros mismos y a la civilización. Sólo si el Hijo delHombre nos hace libres, seremos verdaderamente libres (Juan 8:36).


1 Tomada de Chalcedon Report, Septiembre 1996

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