ECLESIASTÉS ESTUDIO 7. PROVIDENCIA

LA ALTERNATIVA AL PESIMISMO VITAL I

PROVIDENCIA

ECLESIASTÉS 3:1-15

1 En este mundo todo tiene su hora; hay un momento para todo cuanto ocurre:
2 Un momento para nacer,
y un momento para morir.
Un momento para plantar,
y un momento para arrancar lo plantado.
3 Un momento para matar,
y un momento para curar.
Un momento para destruir,
y un momento para construir.
4 Un momento para llorar,
y un momento para reir.
Un momento para estar de luto,
y un momento para estar de fiesta.
5 Un momento para esparcir piedras,
y un momento para recogerlas.
Un momento para abrazarse,
y un momento para separarse.
6 Un momento para intentar,
y un momento para desistir.
Un momento para guardar,
y un momento para tirar.
7 Un momento para rasgar,
y un momento para coser.
Un momento para callar,
y un momento para hablar.
8 Un momento para el amor,
y un momento para el odio.
Un momento para la guerra,
y un momento para la paz.

9 ¿Qué provecho saca el hombre de tanto trabajar? 10 Me doy cuenta de la carga que Dios ha puesto sobre los hombres para humillarlos con ella. 11 Él, en el momento preciso, todo lo hizo hermoso; puso además en la mente humana la idea de lo infinito,[a] aun cuando el hombre no alcanza a comprender en toda su amplitud lo que Dios ha hecho y lo que hará.

12 Yo sé que lo mejor que puede hacer el hombre es divertirse y disfrutar de la vida, 13 pues si comemos y bebemos y contemplamos los beneficios de nuestro trabajo, es porque Dios nos lo ha concedido. 14 Y también sé que todo lo que Dios ha hecho permanecerá para siempre. No hay nada que añadirle ni nada que quitarle; Dios lo ha hecho así, para que ante él se guarde reverencia. 15 Nada existe que no haya existido antes, y nada existirá que no exista ya. Dios hace que el pasado se repita.[b]


¿Hay una alternativa al sinsentido de la vida humana? El escritor del libro así lo cree y lo desarrolla en los siguientes capítulos introduciendo a Dios en la escena de la experiencia humana. Los versículos que ocupan este pasaje se centran en la providencia.

De forma natural puede dividirse este pasaje en dos partes. En la primera, que va de los versículos 1 al 8 se desarrolla la idea del tiempo. Todo tiene su tiempo y este ha sido determinado por Dios. Aquí se refleja la clásica idea hebrea con relación al tiempo, es decir, que el mismo está bajo el control y la soberanía del Señor. Es por eso que el salmista podía afirmar, en tus manos están mis tiempos (Salmo 31:15) Lo que para unos puede acentuar el sentido pesimista de la vida -todo está ya predeterminado- para otros, los creyentes, da seguridad y certeza -nada escapa del control de Dios en nuestras vidas.

La segunda parte, corresponde a los versículos 9 al 15 y nos habla de las implicaciones que tiene sobre la vida cotidiana. La carga y la presión de la vida cotidiana con su sinsentido -el bajo el sol ya mencionado- puede todavía darse. Sin embargo, también podemos optar por gozar y disfrutar a fondo de la vida que, como ya se afirmó, es un don de Dios.

Me ha llamado la atención la expresión, ha puesto en la mente humana la idea de lo infinito. Otras versiones de la Biblia lo traducen, ha puesto eternidad en el corazón del hombre. Es cierto, podemos y debemos de disfrutar al máximo de la vida porque, de nuevo, es un regalo precioso de parte de Dios, pero lo cierto es que este sentido de eternidad en nuestro corazón hace que nada, absolutamente nada que vivimos o experimentemos nos de una satisfacción total y/o duradera. Somos eternos y estamos diseñados para algo eterno y, consecuentemente, siempre hay un sentido de vacío hasta que encontremos la fuente de nuestra eternidad en Dios.


UN PRINCIPIO

Somos eternos y diseñados para lo eterno

UNA PREGUNTA

¿De dónde crees que procede ese vacío interno que de tanto en tanto sale a la superficie?


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