¿Por qué Dios ayuda a Tim Tebow y no a Kaká?

Algo muy raro pasa con Tim Tebow, el quarterback (mariscal) de los Denver Broncos del fútbol americano.
Blog, BBC | Es un jugador mediocre, dicen los expertos, pero medio país está pendiente de sus jugadas, que han impulsado a los Broncos a los playoffs, casi siempre en escenas que parecen copiadas de libretos de películas, con el héroe ganando el partido en los últimos minutos.

Caramba, si hay quienes sugieren que Dios mismo se encarga de guiar su brazo en el lanzamiento. Y esta posibilidad provoca un revuelo, porque agrada a muchos e indigna a muchos más, en un país donde la religión sigue siendo algo muy importante.
Es algo que escapa al fenómeno deportivo para convertirse en un acontecimiento social y cultural.
Tim Tebow es un cristiano baptista, virgen todavía a los 24 años, en su segundo año con los Broncos y apenas 12 partidos como quarterback titular, pero el barullo de esta combinación es tal que ESPN lo ungió el otro día como el deportista profesional más popular de Estados Unidos.
No el futbolista más popular, fíjense, sino el deportista más popular, en un país de grandes astros deportivos.

Tim Tebow

 

Los partidos de los Broncos tienen ahora una audiencia de TV inusitada y se ha puesto de moda rogar/agradecer a Dios como hace él tras una victoria: con una rodilla en el suelo, un brazo apoyado en la otra pierna, la mano en la frente.

El gesto se conoce ahora como «tebowing«, que es su nombre conjugado como si fuera un verbo, aprovechando que la palabra «bow» significa inclinarse, reconocer la superioridad de alguien, en este caso de Dios.
Muchos, cristianos evangélicos o no, «tebow» ahora en las circunstancias más extrañas. La perla que hemos encontrado en internet es una pareja de buceadores «tebowing» (así es el gerundio del nuevo verbo) en el fondo del mar frente a Belice.
Tebow agradece a Dios con tanta frecuencia que un programa satírico muy popular en Estados Unidos (Saturday Night Live) mostró a Jesús pidiéndole que se moderara, porque lo estaba distrayendo de otras ocupaciones.
Fenómeno político
Como no podía ser de otra forma, Tebow también se está convirtiendo en un fenómeno político, ya que en Estados Unidos muchas actitudes de los cristianos evangélicos suelen identificarse con la derecha conservadora más intransigente, aunque Tebow no se haya mostrado particularmente activo en este sentido, más allá de proclamar su oposición al aborto, un tema candente en su país.

Aficionados de Tim Tebow

 

Su motivación también es personal: su madre lo dio a luz en Filipinas, tras negarse a abortarlo como recomendaban los médicos por razones de salud.

Los aficionados y los comentaristas estadounidenses se están arrancando los ojos debido al nuevo superstar del fútbol americano.
Skip Bayless, de ESPN, dijo recientemente que no estaba seguro «si algún quarterback puede hacer lo que Tebow hace tan seguido en el último cuarto de los partidos» (suele levantar su juego hacia el final), lo cual provocó una airada reacción de otro comentarista, Stephen A. Smith, para quien se trata de un mediocre.
Además de ser cristiano militante, algo que de por sí agita a favor y en contra, Tebow también es blanco, lo cual provoca las inevitables reacciones en un deporte cuyos jugadores son mayoritariamente negros, salvo en el puesto de quarterback, casi siempre en manos de jugadores blancos.
Quarterbacks negros
«Si Tebow fuera negro, tendría muy pocas chances de jugar como quarterback en la NFL, entre otras cosas porque su lanzamiento es torpe y poco certero», escribió Mike Frandsen, del Bleacher Report.

Tim Tebow

 

Para los lectores poco familiarizados con el fútbol americano, la jugada clave de los quarterbacks consiste en lanzar la pelota con la mano a un compañero adelantado. Si su lanzamiento es «torpe y poco certero»… bueno, es como si a Rafael Nadal le costara golpear la pelota con su raqueta.

Frandsen señaló que «históricamente, los quarterbacks negros poco convencionales suelen ser convertidos a otras posiciones». Pero Tebow, el menos convencional de los quarterbacks blancos, sigue en una posición que, para muchos, no es la suya, porque tiene un corpachón enorme (1,90m, 106kg) que lo hace lento y algo torpe.
No vayan a creer que Tebow es un demagogo del tipo Elmer Gantry. Nada de eso. El hombre tiene un aire general de indiferencia, de calma, sin atisbos de esa arrogancia de muchos santurrones. En lugar de aparecer en televisión para hacer propaganda religiosa o política, visita hospitales y prisiones, o viaja a las Filipinas, el país donde nació, para ayudar a los niños huérfanos
Y allí lo tenemos pintado. Un atleta muy devoto, discreto, en una posición poco favorable pero que en los últimos instantes de los partidos juega por encima de sus evidentes limitaciones… Todo esto ha inflamado la imaginación popular, que todavía no lo ha llevado a los altares pero poco le falta.
Y hasta mucha gente que no es religiosa le desea éxito, porque es evidente la decencia del personaje, en contraste con tantos profesionales obsesionados con las luces, el dinero, las promociones, las modelos y conejitas con siliconas prominentes.
Éxito y devoción
Tebow se conoce la Biblia al derecho y al revés. En su época de universitario llevaba versículos pegados bajo sus ojos durante los partidos, y ahora es una ametralladora de citas bíblicas, que él relaciona con su juego.

Kaká

 

Su militancia y su éxito alimenta la impresión de que si un atleta evangélico, meritorio en el plano moral, pide a Dios será escuchado y recompensado con el éxito deportivo.

A esta altura y en este punto cabe preguntarse qué ocurriría si el otro equipo tuviera a otro evangelista que rece tanto o más que nuestro evangelista y sea tan merecedor como él de ser escuchado.
¿Y qué se podría decir de Kaká, el futbolista brasileño del Real Madrid, un evangélico de cuya devoción y sinceridad nadie duda, que reza tanto o más que Tebow pero no ha sido escuchado en los últimos dos o tres años?
En su caso, a nadie se le ocurre decir que Dios no lo escucha, a pesar de que él mismo solía atribuir su indudable éxito de hace algunos años a la intervención divina. Ahora, Kaká tiende a atribuir la responsabilidad de su relativo fracaso al entrenador de turno.
Otros cristianos, la mayoría, siguen la recomendación que Jesús dio en su Sermón de la Montaña: «cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa». (Mateo, 6:5).
Esto sugiere la posibilidad de que los deportistas triunfen o fracasen por sus propios actos en el plano deportivo, claro, lo cual deja tiempo libre a Jesús para ocuparse de cosas importantes.


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