Todo lo que hagas prosperará

Mucha gente le cree a Dios por sanidad, por salvación, por
rescate de una deuda, por muchas otras cosas, pero cuando se
trata de prosperidad todavía hay mucha gente vacilando y
batallando en creer. Muchos de los cuales atacan a los llamados
predicadores de la prosperidad. Por un momento ponte en los pies
de Josué, Josué está en la frontera o en el borde de la tierra
prometida. Son cuarenta años de espera, el fue espía que estuvo a
punto de ser apedreado por creerle a Dios. Cuarenta años atrás
había pasado eso. Cuarenta años después esta delante de la tierra
y ahora Dios le dice “tómala”. ¡Es la hora de poseer la tierra!.
 

¿Que había cambiado en esos cuarenta años? Josué era el mismo.
Pero estaba delante de una generación diferente. Todos los
mayores de 20 años ahora ya no estaban, solo estaban los que
cuarenta años atrás tenían 20 años o menos.

Ahora Dios le da un discurso a Josué. Josué no era un bebe, ni
mucho menos un bebe espiritual. Solamente él y Caleb habían
vívido la experiencia de haber estado en la tierra prometida,
solo él y Caleb habían esperado cuarenta años para poseer la
tierra.

 

Todo lo que
pise la planta de tu pie será tuyo

 

“Todo lugar que pise la planta de vuestro pie os he
dado, tal como dije a Moisés”. Josué 1:3 (Biblia de las
Américas)

¿Qué era lo que estaba pasando con Josué y el pueblo que iba
ahora a entrar a poseer la tierra? La verdad no había cambiado
mucho, solo se habían cumplido los cuarenta años que Dios había
determinado que el pueblo estaría rodeando el desierto por
incredulidad. No había cambiado mucho, los mismos descendientes
de los gigantes todavía estaban ocupando la tierra prometida.
Simplemente estaban frente al cumplimiento de una promesa de
Dios.

Así como Dios se lo dijo a Moisés así lo iba a cumplir ahora a
Josué y la descendencia más joven. Pero en la biblia hay
situaciones similares que se repiten una y otra vez. Dios había
determinado que Josué seria el que llevaría al pueblo a la tierra
prometida. Dios determino que vendría un Mesías un Salvador, un
Josué, para llevarnos a todos a la tierra prometida. ¿Te fijas en
la similitud? Josué solo fue una figura que Dios uso para
mostrarnos que hay un salvador, hay una persona escogida para
llevarnos o dirigirnos a la tierra prometida. Su nombre es Jesus
o Salvador, que es el mismo nombre Josué.

 

Moisés representa la carne, podemos estar viviendo en un
cristianismo carnal pero no poseeremos la tierra. Aunque Moisés
dependía de Dios todavía luchaba con sus hábitos antiguos al
grado que también batallaba en entender los principios divinos.
¡Pero Dios lo determino así!. Estamos frente a una lección de
vida que Dios nos dejó para que aprendiéramos de ella.

 

“Tal como le prometí a Moisés, yo les entregaré a
ustedes todo lugar que toquen sus pies”. Josué 1:3
(NVI)

 

Hoy en día se nos hace difícil aceptar que Dios nos ha entregado
una herencia a través de Jesucristo, la tierra prometida. Si tan
solo entendiéramos que Jesucristo hizo todo para que tú y yo
recibiéramos la tierra prometida. ¿Cuánta gente hay ahora mismo
que batalla en entender que Dios quiere que tengas prosperidad en
todo? Cuando él estaba muriendo dice la biblia que el velo se
rasgo de arriba hacia abajo. Su carne había sido partida
literalmente, había sido desgarrada y ahora Jesucristo gano por
nosotros la entrada al lugar santísimo, pero al mismo tiempo
estaba ganando la entrada a la tierra prometida espiritual.

 

Nadie te podrá
hacer frente
 

    

“Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu
vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni
te abandonaré”. Josué 1:5 (Biblia de las Américas)

 

Ante cualquier problema, ante cualquier reto lo primero que viene
a nuestra mente es la duda. ¿Estará Dios conmigo? ¿Dios ya se
enojo conmigo? ¿Dios me abandono? ¿Querrá Dios ensenarme una
lección de  muerte para que yo aprenda? ¡Realmente me lo
merezco por no ser buen cristiano! Y olvidamos todas sus
promesas…

Vivimos en la carne y la carne nos mantiene separados de la
verdad. Vivimos en el desierto espiritual. ¿Sera esto diferente a
las declaraciones que hacia el pueblo en sus días en el desierto?
¡Cuidado esas declaraciones nos mantienen en un desierto
espiritual!

Dios le dijo a Josué:

“Durante todos los días de tu vida, nadie será capaz
de enfrentarse a ti. Así como estuve con Moisés, también estaré
contigo; no te dejaré ni te abandonaré. Josué 1:5
NVI

 

¡Y a ti te dice así: “como estuve con Josué y Moisés estaré
contigo”! Si supieras que Dios te ama tanto que tú también eres
especial para Dios. Dios no le dijo a Josué fíate de tu fuerza y
de tu inteligencia. Si no que le dijo así como yo le he dicho.
Tal como le dije a Moisés ahora te lo digo a ti. Dios quiere que
confíes en sus promesas y dejes de verte a ti mismo. ¡No es por
ti ni por tus meritos, es por los meritos de Jesucristo que
entras hoy a la tierra prometida!.

“Así como estuve con Moisés, también estaré contigo;
no te dejaré ni te abandonaré.”

   

Esto es vivir en la tierra prometida, declara que Dios está con
nosotros así como estuvo con Moisés, así como estuvo con Josué.
Así está con nosotros. Y por esta verdad y por esta realidad
estamos hoy delante de la tierra prometida.

 

Todo te saldrá
bien

 

“Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino
que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo
que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino
y tendrás éxito”. Josué 1:8 (Biblia de las
Américas)

 

Jesus vino a cambiar el rumbo de la historia, ahora la vida
cristiana es más fácil. Imagínate que Josué no hubiera estado ahí
en el desierto. Moisés fue un gran profeta y dio a conocer muchas
cosas de las que sucederían en la tierra prometida y aun con
Jesus. Pero el no fue el elegido por Dios para llevar a su pueblo
a la tierra prometida. Josué fue el elegido. Dios tenía un
elegido para ayudarnos a cruzar las fronteras de la bendición. Se
llama Jesus. Jesus vino a enseñarnos el camino de la prosperidad.

La mente humana complica la verdad, Jesus la simplifica. Cuando
Jesus vino la ley ya consistía de más de tres mil mandamientos.
Jesus la simplifico en dos mandamientos. “Amaras al Señor tu Dios
y a tu prójimo como a ti mismo”.

 

“Recita siempre el libro de la ley y medita en él de
día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está
escrito. Así prosperarás y tendrás éxito”. Josué 1:8
(NVI)

 

Dios sabe que la mente humana es frágil y lo que menos necesita
el hombre es aprenderse y estarse cuidando de cumplir con los
diez mil mandamientos que cada religión inventa. ¡Es imposible
cruzar la frontera y poseerla tierra con esa mentalidad!

¿Si no estás convencido de que Dios no solo quiere tu éxito o tu
prosperidad, si no que él ES tu prosperidad, entonces de que
estas convencido?. ¡Él es la prosperidad, esa debe ser tu
convicción!. Si no lo crees entonces estas dependiendo de tu
carne. ¿Crees que Dios te saco de tu vida pasada para hacerte
morir en un desierto espiritual?

 

 Como cristianos debemos estar consientes y seguros de que
Dios es fiel a sus promesas. Así como lo fue con José. José pasó
por muchas situaciones desagradables pero vemos como Dios lo saco
de su tierra para prosperarlo. Pero cuando estamos en el pozo de
la desesperación no entendemos la grandeza del poder de Dios y su
deseo de prosperarnos, se nos hace difícil y se nos hace
imposible. Cuando estamos en la cárcel de nuestras culpas, no
entendemos el plan divino de Dios. Jose pudo ver que valió la
pena estar en ese pozo, valió la pena estar en la cárcel, porque
estaba en el plan divino de prosperidad de Dios. Si Dios dice que
eso significa que todo me saldrá bien, eso debe significar para
mí también. Pero recuerda que Dios no lo dejo ahí, eso fue
pasajero y era el camino a la verdadera prosperidad.

Si tan solo aprendiéramos a confiar en Dios y que su plan es
perfecto para cada uno de nosotros. ¿Ahora entendemos porque hay
un desierto espiritual y una tierra prometida espiritual para
cada uno de nosotros? ¡Jesus es nuestro guía, Jesus es nuestro
salvador, Jesus es nuestra prosperidad, Jesus es nuestro éxito!.

   

¡Que este sea tu propósito, confiar más en Dios y sus promesas!
Confiar ciegamente en aquel que tiene un plan de prosperidad y de
éxito para tu vida. Ya no confíes en la carne, ya no confíes en
la economía mundial, ya no confíes el tu inteligencia y
sagacidad. ¡Confía y depende de el!.

 

Lee lo siguiente conmigo confiando de que él está contigo y te va
a prosperar:

 

“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente;
no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en
dondequiera que vayas”. Josué 1:8 RVA60

 

¿Ves la gran diferencia en confiar plenamente en su promesa?
¡Camina siempre erguido, camina siempre adelante sabiendo que él
es tu prosperidad, el es tu éxito!

 

¡Bendito sea Jesucristo! ¿Por qué no bendices en nombre de Jesus
conmigo? ¡Te alabamos Jesus!

 

Escríbeme y con gusto te contesto:

Abdiel Salas

[email protected]

      

 

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