Aprende a apreciar el silencio para que puedas oír la voz de Dios

¿Quieres vivir la vida abundante que Jesús vino a traerte? Necesitas hacer que la Palabra de Dios sea una prioridad en tu vida. No podemos tener una vida plena sin estar renovando nuestra mente con la Palabra de Dios.

Romanos 12:2

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.

Esta renovación solo se puede conseguir por medio del estudio diario de la Palabra de Dios. Toma la costumbre de levantarte de media a una hora por las mañanas para empezar el día al lado del Señor aprendiendo de Él. Antes que empiece a sonar el telefono, que los niños se levanten, y que cualquier otra actividad te robe el silencio.

Salmo 1
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se han sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medida de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de agua que da su fruto a su tiempo y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará”.

Pero ¿cómo podemos hacer esto con todas las cosas que compiten por nuestro tiempo? Es cuestión de prioridades. No tenemos problemas en encontrar tiempo para lo que es importante para nosotros. ¿Dices que Dios es importante para ti? ¿Cómo de importante es Él entu vida? ¿Más que salir con tus amigos? ¿Más que la televisión? ¿El ordenador? ¿Los partidos de futbol?

¿Eres como el árbol plantado junto a corrientes de aguas que da su fruto a su tiempo y todo lo que hace prospera?

Te voy a decir una cosa. Desde hace tiempo hemos perdido algo muy valioso. Es algo que muchos ni lo echan de menos. Ese algo es el silencio. Vivimos llenos de ruidos que no nos dejan pensar. Si no es la radio, es la televisión, o los móviles. No nos gusta estar en silencio. Pero el silencio es necesario para poder oír la voz de Dios. Apaga la tele, la radio, el movil y practica el silencio. Al principio puede que te resulte extraño pero pronto te acostumbraras y cuando medites en la Palabra de Dios empezarás a oír su voz. ¿Dices que amas a Dios? Demuéstralo pasando tiempo con Él.

Dios quiere hablarnos pero nosotros no estamos en condiciones de oirlo, los ruidos ahogan la voz de Dios. No esperemos llegar al potencial que el Señor tiene para nosotros si dejamos que el mundo y sus patrones desenfrenados nos hundan en el caos.
Tenemos un enemigo que hará todo lo posible para distraernos. Ora que el Señor te de fuerzas. Da prioridad al silencio para que puedas oír la voz de Dios. Lee, estudia, medita, y memoriza la Palabra de Dios, y podrás oír la voz del Espíritu Santo de Dios dirigiendo tu vida a la vida abundante que Dios te quiere dar y por la que Jesús murió.

Ref. Santa Biblia, vs. Reina Valera


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