La evolución cuestionada por científicos de reputación

Cuando estaba por publicarse una edición especial de centenario de El origen de las especies, de Darwin, se invitó a W. R. Thompson, entonces director del Instituto de Control Biológico de la Comunidad Británica de Naciones en Ottawa, Canadá, a escribirle la introducción. En esta, él dijo: “Como sabemos, hay gran divergencia de opinión entre los biólogos, no solo en cuanto a las causas de la evolución, sino hasta en cuanto al proceso mismo. Esta divergencia existe debido a que la prueba es insatisfactoria y no permite llegar a ninguna conclusión segura. Por tanto, es correcto y apropiado llamar la atención del público no científico a los desacuerdos que existen respecto a la evolución”.

La revista científica Discover planteó la situación de este modo: “La evolución […] no se halla solo bajo ataque por cristianos fundamentalistas, sino que también está siendo cuestionada por científicos de reputación. Entre los paleontólogos, científicos que estudian el registro fósil, aumenta el disentimiento respecto al punto de vista general del darvinismo”. Francis Hitching, evolucionista y autor del libro The Neck of the Giraffe (El cuello de la jirafa), declaró: “Después de centuria y cuarto, el darvinismo, a pesar de la aceptación de que es objeto en el mundo científico como el gran principio unificador de la biología, afronta una sorprendente multitud de dificultades”.

Después de una importante conferencia de unos 150 especialistas en la evolución, celebrada en Chicago, Illinois, E.U.A., un informe llegó a esta conclusión: “[La evolución] está experimentando su más amplia y más profunda revolución en casi 50 años. […] Ahora hay gran controversia entre los biólogos respecto a cómo, exactamente, tuvo lugar la evolución. […] No estaba a la vista ninguna resolución clara de las controversias”.

El paleontólogo Niles Eldredge, prominente evolucionista, dijo: “La duda que ha penetrado en la previa certidumbre cómoda y satisfecha que en los últimos veinte años exhibió la biología evolucionista ha encendido las pasiones”. Habló de la “falta de acuerdo completo hasta en el mismo seno de los bandos en contienda”, y añadió que “en estos días la situación ciertamente es turbulenta […] A veces parece que hay tantas variaciones sobre cada tema [evolucionista] como biólogos hay individualmente”.

Un escritor del periódico Times de Londres, Christopher Booker (quien acepta la evolución), dijo esto acerca de esta: “Era una teoría hermosamente simple y atractiva. Lo único que pasaba era que, como por lo menos en parte Darwin mismo sabía, estaba llena de huecos de tamaño colosal”. En cuanto a El origen de las especies de Darwin, comentó: “Tenemos aquí la suprema ironía de que un libro que se ha hecho famoso por explicar el origen de las especies no hace en realidad nada de eso”. (Cursivas añadidas.)

Booker también declaró: “Un siglo después de la muerte de Darwin, todavía no tenemos ni la más ligera idea demostrable, o siquiera plausible, de cómo en realidad tuvo lugar la evolución… y en los últimos años esto ha llevado a una serie extraordinaria de batallas en cuanto a toda la cuestión. […] entre los evolucionistas mismos existe un estado de casi guerra abierta, en la que toda clase de secta [evolucionista] insta a que se efectúe alguna nueva modificación”. Llegó a esta conclusión: “En cuanto a cómo o por qué realmente sucedió, no tenemos la más leve idea, y probablemente jamás la tendremos”.

El evolucionista Hitching concordó con esa declaración, al decir: “Estallaron contiendas acerca de la teoría de la evolución […] En lugares encumbrados se establecieron posturas firmes en pro y en contra, y los insultos volaron como bombas de mortero desde ambos lados”. Dijo que es una disputa académica de proporciones trascendentales, “potencialmente, uno de esos períodos de la ciencia en que, muy de súbito, una idea que ha sido sostenida por mucho tiempo es derribada por el peso de la prueba contraria, y otra, una nueva, toma el lugar de ella”.

Y la revista británica New Scientist declaró que “una cantidad creciente de científicos, y más particularmente un número aumentante de evolucionistas […] presentan el argumento de que la teoría evolucionista darviniana no es de modo alguno una teoría genuinamente científica. […] Muchos de los críticos tienen las más elevadas credenciales intelectuales”.

Comentario de Wallberto, un lector inteligente


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