La ley perfecta que da libertad

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“No se contenten sólo con
escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla
a la práctica. El que escucha la palabra pero no la pone en
práctica es como el que se mira el rostro en un espejo y, después
de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es. Pero quien
se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y
persevera en ella, no olvidando lo que ha oído sino haciéndolo,
recibirá bendición al practicarla.” Santiago
1:22-25

 

De acuerdo a Santiago hay una ley perfecta que da libertad.
Contrario a lo que muchos pensamos una ley nos mantiene oprimidos
y obligándonos para ser cumplida. La ley de Moisés fue dada para
normar el comportamiento de las personas. De esa ley se derivan
la mayoría de las leyes de todo el mundo. Hoy en día es común
decir que aplicamos toda la fuerza de la ley. Es imposible hablar
de leyes sin hablar de un sistema de gobierno. Aun Jesucristo
hablo de un sistema de gobierno: “El reino de los
cielos se ha acercado”.
Pero si por naturaleza
nosotros amaramos a las personas y a Dios, las leyes se nos
harían más fáciles y agradables de cumplir. Luchamos dentro de
nosotros porque nuestro deseo natural es en contra del amor de
Dios y del prójimo.

 

Santiago nos enseña en estos versículos diciendo que el que
practique la ley que da libertad, recibirá bendición al
practicarla. Normalmente cuando uno se acerca a las cosas de
Dios, aprendemos los requisitos para poder ser parte de una
iglesia o un ministerio. Y comenzamos a interpretar todas las
cosas a la luz de lo que observamos y alcanzamos a vivir. Pero no
nada más esto sucede en un ambiente religioso, en todas partes
existen requisitos que debemos cumplir para poder ser parte de un
grupo o recibir algún beneficio, bendición o cosa buena. Esto es
natural aunque no siempre sea lo mejor, pero no podemos negar que
esto sea bueno.

 

Sin ley no hay
gobierno

La ley de Moisés fue dada para que el pueblo se frenará de pecar
y supiera los principios de Dios al buscar a Dios de manera
natural y respectar a los prójimos. Al cumplir estas reglas de
comportamiento la gente recibía bendición. Dicho esto, las leyes
son principios que deben cumplirse para que se reciban ciertos
beneficios prometidos por dicha ley. Santiago era el hermano
carnal de Jesus y conocía perfectamente la vida de Jesus al
crecer con él. Además Santiago conocía la ley de Moisés ya que
cuando Cristo vino, no se había revelado el nuevo pacto de
Jesucristo. Santiago mismo vivió esa transformación o cambio de
ley. Así que cuando Santiago se refiere a “La ley perfecta que da
libertad”, sabía exactamente a lo que se refería. La traducción
de la palabra en griego es la misma que se utiliza para hablar de
la ley de Moisés.

 

En este capítulo de Santiago 1, hay varias cosas que nos deben
hacer recapacitar, ya que además de estos temas Santiago toca
varios temas como la fe, la obediencia, las tentaciones, las
pruebas, etc. Observemos cuando Santiago habla de la fe:

 

“Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que
duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el
viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal
haga, que recibirá cosa alguna del Señor”. Santiago
1:6-7

 

Pedir con fe, ¿pero cómo podemos pedir con fe? La única manera
que yo veo posible aquí es teniendo la seguridad que Dios nos
quiere bendecir, de que Dios nos quiere sanar, de que Dios nos
quiere proveer. Sabiendo a ciencia cierta que Dios nos quiere
bendecir, que Dios nos quiere dar, que Dios nos quiere librar.
Etc. Si tenemos duda de que Dios nos quiere bendecir, entonces
venimos a ser inconstantes en nuestra fe y por lo tanto no
recibimos la bendición. De manera natural aplicamos la palabra de
Dios de manera parcial y no nos damos cuenta de que la palabra de
Dios también se aplica a nuestros semejantes. Es decir Dios
también quiere bendecir a todas las personas.

 

Te explico todo esto para que entiendas que todas estas leyes son
principios fundamentales que hacen funcionar la bendición sobre
nosotros. La ley perfecta que da libertad, es la seguridad de que
siempre buscamos el agradar a Dios en todas las áreas y con toda
nuestra vida. No importando si nos equivocamos en el camino, no
importando si cometemos una equivocación, pero estando siempre
seguros de que estamos buscando la mejor relación con Dios y con
nuestros semejantes.

 

Piensa por un momento, si todos amaráramos a Dios por naturaleza
(aun que sabemos que sin él no podemos ser felices). Si todos
amaramos a nuestros semejantes por naturaleza (que sin ellos no
nos realizamos como personas), la ley no tendría razón de ser. No
necesitaríamos las leyes que gobernaran nuestro comportamiento
porque nuestra tendencia seria siempre a lo bueno.

 

El apóstol Pablo por otro lado nos dice:

 

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza;
contra tales cosas no
hay ley
”. Gálatas 5:23

¿Para que necesitamos ley cuando estamos llenos del amor de Dios?
¿Para qué necesitamos ley si hay gozo, paciencia, benignidad y
bondad para con los semejantes? Llenos de Dios no necesitamos ley
que nos forcé o nos obligue a respetar y amar a nuestros
semejantes.

 

“Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta
que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído
sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla.” Santiago
1:25

 

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La bendición de
Practicar la ley de Dios

 

“Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande
mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como
a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los
profetas”. Mateo 22:36-40

 

Jesus fue tentado para saber si en verdad conocía la ley, pero un
intérprete de la ley se quedo boquiabierto al recibir esta
contestación.

 

De estos dos mandamientos
depende toda la ley y los profetas”. Mateo 22:40

 

De aquí se derivan toda la ley y los escritos de los profetas, de
aquí dependen, de aquí se ramifican la ley y los profetas.

 

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Mateo
6:33

 

Buscar el reino de Dios, es buscar que se cumplan sus leyes y
principios. Es buscar la soberanía a de Dios en nuestra vida.
Cristo rigiendo nuestras vidas al vivir el fruto del Espíritu. La
ley perfecta que trae libertad se vive llenándonos de la
presencia de Dios. Que su Espíritu inunde nuestra mente, alma y
corazón.

La perfecta ley que trae libertad es la ley del Espíritu de vida,
es el Espíritu Santo morando en nuestras vidas trayendo libertad.
Es vivir la vida de paz y gozo que produce el Espíritu Santo.

 

“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que
traigamos al corazón sabiduría”. Salmo 90:12

 

La perfecta ley que trae libertad, es vivir en armonía con Dios.

 

 

Bendiciones. Escríbeme si estas recibiendo bendición.

Abdiel Salas

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