Siendo renacidos… por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. (1 Ped. 1: 23.)
La Biblia contiene los principios que cimentan la verdadera grandeza, la verdadera prosperidad, se trate del individuo o del país. La nación que permite la libre circulación de las Escrituras brinda oportunidades para que la mente de la gente se desarrolle y amplíe. La lectura de las Escrituras hace brillar la luz en medio de las tinieblas. Cuando se escudriña la Palabra de Dios, se encuentran verdades vivificadoras. En la vida de aquellos que siguen sus enseñanzas habrá una corriente invisible de felicidad que beneficiará a todos aquellos con quienes lleguen a relacionarse.
Millares de personas han sacado agua de esas cisternas de vida, sin embargo el caudal no ha disminuido. Millares han tomado al Señor como ejemplo, y al contemplarlo han sido transformados a su imagen. Su espíritu arde en su interior cuando hablan de su carácter y revelan lo que Cristo hizo por ellos y cuánto significan para él… Miles más pueden entregarse a la tarea de escudriñar los misterios de la salvación… Cada nueva búsqueda revelará algo de más profundo interés que lo que hasta entonces se había descubierto.
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