Hace unos días alguien con muy buenas intenciones (eso quiero pensar) me envió un artículo sobre las barreras del crecimiento en una iglesia. No soy muy fan de dichos temas pero cuando me envían algo trato de verlo o leerlo. No esperaba escandalizarme con lo leído, pero ¿cómo no? El pastor que escribió el artículo recomendaba:
Pregunto:
¿Cómo así?
¿No se trata de responder a las necesidades de otros como comunidad? Por lo menos en lo que sea posible.
¿No es el corazón pastoral conocer la gente y ligarse con ellas?
En cuanto al nombre no me preocupa mucho si te llamas ministro o líder, pero las motivaciones y el corazón detrás de las cosas deben estar claras.
¿O estoy paranóico?
¡Oh! Espera… ¡Claro! Si se trata de que «crezcamos en número» ¡qué me importa la gente o lo que estén pasando! ¿Para qué tomar sus llamadas? No quiero ser rudo, pero lamentablemente es lo que leo detrás de muchas de esas cosas. Crecer en números no es malo, en cierto punto de una congregación eso pasará de la mejor manera si se ha trabajado en crecer en otras areas. En cierto punto. Pero enfocarnos empedernidamente en esto al punto de cambiar el enfoque de lo que realmente es la iglesia para que se trate de MI y no de NOSOTROS me parece bastante peligroso.
Tengamos cuidado.
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