La Autoridad Del Creyente – ¿Cómo Obtenemos Autoridad?

¿CÓMO OBTENEMOS AUTORIDAD?

 

Objetivo: El alumno podrá obtener la autoridad que tenemos como creyentes.

Frase clave: “En mi está obrando un poder más fuerte que cualquier otro poder. La vida que está en mí, es mil veces más grande de lo que yo soy por fuera”.  Smith Wigglesworth.

¿Cómo obtuvimos autoridad? – Antes de continuar deberíamos explorar esta pregunta. Aprendimos en la última lección, que la autoridad es parte de la naturaleza de Dios. Durante la creación, cuando Él hablaba, aquello que decía se hacía realidad – Génesis 1:1,3, 6-7, 20-21, 24, 26. Cuando Él habló con Su autoridad, las circunstancias cambiaron.

Dios creó a Adán para que tenga el tipo de autoridad que Él tiene – Recuerda que sólo Dios puede dar autoridad. Cuando Dios creó a Adán le dio Su autoridad, una autoridad delegada. Génesis 1:26 “…Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree…” El hombre fue creado con algunas de las características de autoridad, porque solo un ser que tiene autoridad, puede dar autoridad; debido a que Dios tiene autoridad, pudo dar autoridad al hombre. Una de las primeras cosas que Dios hizo después de crear al hombre, fue decirle que use esa autoridad, dándole nombre a los animales (Génesis 2:20). Dios delegó a Adán la autoridad de reinar y gobernar sobre la tierra. Génesis 1:28 “…y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”. Dominio en hebreo significa autoridad.

La autoridad delegada de Adán – Cuando Dios le dio Su autoridad a Adán, se la dio a toda la humanidad, porque toda la humanidad eventualmente vendría de la simiente de Adán (Salmos 8:4-8). La única cosa que aleja al creyente de tener autoridad, es creer las mentiras y engaños de Satanás. Adán tenía autoridad en el jardín que Dios le había dado, él fue colocado ahí para cultivarlo y guardarlo. La palabra “guardarlo” en su idioma original, el hebreo, significa guardar o proteger; Dios había puesto a Adán en el jardín con el trabajo de protegerlo y no le hubiera dado a Adán un trabajo, sin darle el poder para realizarlo, por ello podemos ver que el hombre tenía la autoridad delegada y el poder para proteger el jardín.

Adán no usó su autoridad delegada en el jardín – La Biblia dice que Eva fue engañada, Adán no (1 Timoteo 2:14). Él no fue engañado, pero desobedeció las instrucciones de Dios (Génesis 2:16-17). Satanás engañó a Eva al confundirla, pero Adán le permitió que lo convenciera de ser engañado también, en lugar de tomar la autoridad que Dios le había dado “sobre toda criatura viviente que se mueve en la tierra” y ordenarle a la serpiente que cese su actividad y se vaya del jardín (Génesis 3:1-6). Adán no ejercitó su autoridad y como resultado desobedeció a Dios. De este pasaje podemos extraer una clave acerca de nuestra autoridad: Si no ejercitamos nuestra autoridad, el diablo nos atacará y engañará. Debido a que Adán no ejercitó su autoridad desde el principio, él y su esposa fueron engañados.

Adán perdió su autoridad y esa autoridad fue recuperada por Jesús – Debido a que Adán creyó la mentira del enemigo, perdió la autoridad que Dios le había dado (Génesis 3:17-19). Adán escuchó más lo que su mente y cuerpo le decían, que la Palabra de Dios. Como resultado del pecado de Adán, la humanidad falla en caminar en la autoridad delegada y como consecuencia, ha perdido su conciencia de Dios. Jesús recuperó la autoridad del hombre, al morir en la cruz y al obtener las llaves del reino. Debemos creer por fe que morimos con Él, fuimos sepultados con Él, resucitamos con Él, ascendimos con Él, estamos sentados con Él y glorificados con Él. 

Colosenses 2:12 “sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.”

Efesios 2:5-6 “aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.”

Debemos creer y actuar según el conocimiento, de que Jesús nos ha dado las llaves, para poder abrir los tesoros del cielo.

Mateo 16:19 “Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.”

Podemos atar las actividades de Satanás en nuestras vidas y desatar a aquellos que están presos.

Cinco áreas sobre las cuáles tenemos autoridad – Estas son áreas en las que podemos ejercer autoridad como creyentes:

  1. Pecado – Romanos 6:14 “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.”
  1. Enfermedad – 1 Pedro 2:24 “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por su herida fuisteis sanados.”
  1. Nuestros pensamientos – 2 Corintios 10:4-5 “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”
  1. Temor – 2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”
  1. Confusión – 1 Corintios 14:33 “Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz.”

Preguntas de Aplicación

La parte más importante del estudio bíblico es ponerlo en práctica. Responde las preguntas y aplica las respuestas a tu vida.

1.       Explica a continuación, cómo y con qué propósito recibió Adán, la autoridad delegada.

2.       ¿Cuáles son algunas de las áreas en las que Adán falló, al ejercitar su autoridad?

3.       Identifica tres cosas que puedes hacer dentro de las siguientes categorías, para ejercitar tu autoridad como creyente. Se específico con tus respuestas.

  • Nuestros pensamientos
  • El pecado
  • El temor


Comentarios

Una respuesta a «La Autoridad Del Creyente – ¿Cómo Obtenemos Autoridad?»

  1. Bueno

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