¡Cuidado con la soberbia!

«Tengan cuidado que su corazón no se envanezca, y ustedes se aparten y sirvan a dioses ajenos, y se inclinen ante ellos, porque el furor del Señor se encenderá contra ustedes, y cerrará los cielos para que no llueva, y la tierra no dará su fruto, y pronto ustedes desaparecerán de la buena tierra que el Señor les da» Deuteronomio 11:16-17

¡Cuidado con la soberbia!

Muchas veces, sobretodo cuando comenzamos a cumplir nuestros sueños, metas, anhelos y deseos, en nuestro corazón comienza  a crecer la soberbia y creemos que las cosas las obtenemos por nuestros talentos y dones ¡cuán errados estamos!

Dios DETESTA la soberbia, porque cuando ella se instala en nuestras vidas, desviamos la vista de Dios para en primer lugar comenzar a mirarnos nosotros mismos y luego mirar a otros dioses.

Lo triste es que realmente no es mucho lo que hemos hecho ¿hemos cambiado una nación? ¿hemos impactado generaciones? ¿hemos alcanzado renombre en las naciones? ¡Pues no! Y aún cuando ninguno de esos casos serían razón para envanecernos, lo trágicamente triste es que nos llenamos de soberbia por cosas que, si lo pensamos bien, son insignificantes ¿por que envanecerme de cantar bien cuando con 10 minutos de ver videos en youtube nos damos cuenta de que no cantamos tan bien cómo creemos? eso por poner un ejemplo…

En esta palabra observamos las consecuencias de la soberbia, no habrá más bendición, no habrá más fruto, no habrá más lluvia y finalmente podemos perder la tierra buena que Dios nos ha dado.

Los hombres y mujeres que he admirado son aquellos que, sin importar lo que alcanzan, sin importar los logros y metas que cumplen, reconocen que es gracias a Dios y SOLAMENTE gracias a Dios que llegaron a donde llegaron.

 Permita Dios que no se envanezca nuestro corazón.

 ¡Cuidado con la soberbia!


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