SE ACERCA UN NUEVO MUNDO

La Biblia nos asegura que “hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según la promesa de Dios, y en estos la justicia habrá de morar” (2 Pedro 3:13; Isaías 65:17).
Cuando la Biblia habla de la “tierra”, se refiere a sus habitantes (Génesis 11:1). Por lo tanto, la justa “nueva tierra” es una sociedad formada por personas que reciben la aprobación divina.
Jesús prometió que, cuando llegue el nuevo mundo, Dios dará un magnífico regalo a las personas que aprueba: la “vida eterna” (Marcos 10:30).
En Juan 3:16 y 17:3, nos dice Jesús que debemos hacer para conseguir la vida eterna. Ahora veamos en la Biblia las bendiciones que tendrán en el Paraíso terrestre quienes reciban ese maravilloso regalo divino.
La maldad, la guerra, el delito y la violencia ya no existirán. “El inicuo o malvado ya no será. Pero los mansos mismos poseerán la tierra.” (Salmo 37:10, 11.) Habrá paz, pues Dios hará “cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra” (Salmo 46:9; Isaías 2:4). Cuando llegue ese momento, “el justo brotará” y habrá “abundancia de paz hasta que la luna ya no sea”, es decir, para siempre (Salmo 72:7).
Los siervos de Jehová vivirán seguros. En tiempos bíblicos, cuando la nación de Israel obedecía a Dios, disfrutaba de seguridad (Levítico 25:18, 19). ¡Qué maravilla será disfrutar de una seguridad similar en el Paraíso! (Isaías 32:18; Miqueas 4:4.)
Ya no escasearán los alimentos. “Llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia”, cantó el salmista (Salmo 72:16). Jehová Dios bendecirá a quienes son fieles a él, y “la tierra misma ciertamente dará su producto” (Salmo 67:6).
Toda la Tierra se transformará en un paraíso. Hermosos hogares y jardines ocuparán los terrenos que la maldad del hombre ha echado a perder (Isaías 65:21-24; Revelación 11:18). Con el transcurso del tiempo, se irán transformando más y más zonas de la Tierra, y el planeta entero será tan bello y productivo como el jardín de Edén. Por toda la eternidad, Dios estará “abriendo su mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente” (Salmo 145:16).
Habrá paz entre el hombre y los animales. Los animales salvajes y domésticos comerán juntos. Ni siquiera un niño pequeño tendrá nada que temer de animales que ahora son peligrosos (Isaías 11:6-9; 65:25).
Desaparecerán las enfermedades. Como Rey del Reino celestial de Dios, Jesús efectuará curaciones a una escala mucho más grandiosa que cuando estuvo en la Tierra (Mateo 9:35; Marcos 1:40-42; Juan 5:5-9).
“Ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’.” (Isaías 33:24; 35:5, 6.)
Los seres queridos que han muerto volverán a la vida y tendrán la oportunidad de no morir nunca. Resucitarán todos los que duermen en la muerte y están en la memoria de Dios. Efectivamente, “va a haber resurrección así de justos como de injustos” (Hechos 24:15; Juan 5:28, 29).
Un futuro brillante aguarda a los que deseen ampliar sus conocimientos sobre nuestro Gran Creador, Jehová, y decidan servirle. Jesús se refirió al venidero Paraíso terrestre cuando hizo esta promesa al malhechor que murió a su lado:
“Estarás conmigo en el Paraíso” (Lucas 23:43). Es vital que aprendamos más acerca de Jesucristo, pues todas estas bendiciones se harán realidad mediante ÉL.

¡DIOS TE BENDIGA!

Mary Paula
[email protected]
Iglesia Puerta de Bendición


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