Divagando sobre las letras

Recuerdo cuando empecé este blog, y cuando tenía tiempo de leer los blogs de mis amigos y de comentar. Tantos amigos especiales que encontré en el ciber-espacio y hoy sigo más bien por facebook. Porque la vida ha cambiado. El blog sigue ahí. Sigo recibiendo visitas aún sin proponérmelo, pero ya no hay mucho tiempo para escribir, o quizá me falta organizarme.

Aún así, remonto las alas y busco las letras, porque sin ellas estoy vacía, porque si no escribo no vivo el día como quisiera. Porque si no escribo pareciera que no ha valido la pena respirar ese momento. Como la loca de la casa -en palabras de Rosa Montero- busco con ansías la expresión, ya sea en un cuento, una página de mi nueva novela, un breve pensamiento en facebook, o simplemente, el desahogo en el diario secreto que amontona las palabras para luego ordenarlas en el corazón.

Porque los que vivimos para escribir, escribimos para vivir. Y aunque pocos nos comprendan, sabemos que siempre habrá otros locos vagando por el ciber-espacio, derramando palabras a gritos o en susurros, pendientes de lo que otros locos expresan, recreándonos en el recuerdo que la palabra escrita sella en nuestras mentes y nuestras almas.

Pues los que mucho escribimos, mucho leemos. Y cuando pasan semanas sin poder finalizar un libro, cuando los libros se amontonan en la repisa o en la lista de Kindle, porque cuando no leemos, parece que no conversamos, que no charlamos, que hemos abandonado a los amigos.

Pero yo, solo divago…


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