Eres salvo por elección

 

“Porque la palabra de la promesa es esta: Por este
tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo. Y no sólo esto, sino
también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre
 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún
ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la
elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),
se le dijo: El mayor servirá al menor, Como está escrito: A Jacob
amé, mas a Esaú aborrecí”. Romanos 9:9-12

 

Hoy en día predicamos un evangelio basado en frutos, cuando Jesus
dice que por sus frutos los conoceréis. No dice que el fruto sea
lo que se debe buscar. Hoy en día no sabemos reconocer el fruto
bueno, malo o regular. Tenemos un evangelio basado en las obras y
hasta queremos decir quién es salvo y quién no. ¡Ponemos mucho
énfasis en las evidencias de ser salvo!.

 

El evangelio está encerrado en Abraham, Isaac y Jacob. Abraham
fue salvo por gracia y nuca conoció la ley o los diez
mandamientos, su fe lo hizo justo y padre de la fe. ¿Isaac que
hizo para ser llamado hijo y heredero? ¿Jacob que hizo para ser
el elegido y recibir la bendición? El evangelio es claro cuando
dice que debes vivir por fe y para fe. Así como recibiste a
Cristo, asi debes vivir creyendo y confiando, y así siempre
mantenerte.

 

Nosotros somos Abraham, Isaac y Jacob. Creemos y llegamos a ser
hijos por fe, pero para permanecer debemos seguir creyendo y
creciendo en la fe. Isaac no hizo nada para nacer, el recibió la
herencia solo por ser hijo tan esperado y Abraham no puede
gloriarse en la carne de él. En la vida de Jacob todo indicaba
que Jacob no era el heredero de la bendición, pero Dios lo
eligió. ¡Y lo bendigo grandemente! Su más grande lucha fue
consigo mismo hasta llegar a entender que él fue el elegido y no
eran sus meritos los que contaban.

 

 ¿Qué,
pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia,
han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe;
mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por
qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la
ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo,
 como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra
de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será
avergonzado. Romanos 9:30-33

 

La historia se repite, Israel tiene todas las credenciales para
merecer la salvación pero ese ha sido su mayor tropiezo. ¡Se
comporta como un Esaú!. Hoy en día queremos tener un evangelio
basado en obras y meritos, y no basado en la fe. Al fruto le
llamamos raíz y nos equivocamos porque no sabemos juzgar. La
carta a los Romanos dice claramente que parece una injusticia que
Dios habiendo dado la ley a los judíos, ahora parece que los que
se salvan son los gentiles que tan solo por creer se salvan.
¡Dios parece injusto! Los judíos no lo pueden entender que sea
tan fácil y tropiezan en ello. Pero Dios es tan sabio que no
pretende que nadie se salve por ninguna obra para que no se
glorié, para que no tenga nada de que presumir.

 

La naturaleza humana es tan engañosa que caemos en su trampa. La
carne no puede gloriarse nada de lo espiritual. Abraham no puede
presumir de ser padre de multitudes, Isaac no puede presumir de
ser heredero, Jacob no puede presumir que él se ganó la
bendición.

 

Abraham tuvo dos hijos, Ismael e Isaac, el cristiano debe elegir,
vivir como esclavo o vivir como libre, Isaac tuvo dos hijos, Esaú
y Jacob, el cristiano puede tener dos actitudes, creer que
mereces la bendición como Esaú y ser aborrecido o creer que eres
salvo por elección y ser amado.

 

“Yo os he amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué
nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Jehová. Y amé a
Jacob”. Malaquías 1:2

 

Dios le recuerda al pueblo de Israel, el amor que él les tiene.
Dios nos recuerdo a nosotros eres salvo por que te ame. Eres
salvo por elección. También a tus hermanos que criticas y están
luchando por entender mis caminos así yo los amo, porque son
Jacob. Ellos también son elegidos, trátalos como a mis hijos.

 

“Porque la palabra de la promesa es esta: Por este
tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo. Y no sólo esto, sino
también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre
 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún
ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la
elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),
se le dijo: El mayor servirá al menor, Como está escrito: A Jacob
amé, mas a Esaú aborrecí”. Romanos 9:9-12

 

Cuando no entendemos esto, luchamos como Jacob y peleamos con
Esaú, cuando no entendemos reñimos como Ismael con Isaac. Tomemos
la actitud de hijos de Dios escogido por un propósito divino, sin
olvidar de donde hemos venido y por que llegaremos hasta donde
llegaremos. ¡Por su gracia y su por su don!

 

Dios te escogió y te recuerda, toma el camino de Abraham, Isaac y
de Jacob. Ahí está la bendición, hasta llegar a la altura de
nuestro máximo ejemplo.

 

“Hasta que todos lleguemos
a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un
varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo”. Efesios 4:13

 

 

Bendiciones y escríbeme si estas recibiendo bendición de este
ministerio.

 

Abdiel Salas

[email protected]

 

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