Senderos de Dios 2012-08-17 13:49:00


LA PROMESA DE LA PRESENCIA, Por Pastor Otoniel Font

Cuando Cristo pronuncia las palabras de la gran comisión, esas sesenta y una palabras están escritas en un lenguaje de pacto, en un lenguaje de compromiso. La gran comisión no es una instrucción legalista, o meramente un mandato, sino que es un pacto lo que Dios hizo.

Podemos darle una instrucción a nuestros hijos, donde la única recompensa sería no ser castigados, no pasar por ciertas consecuencias. Pero también podríamos decirles que, si hacen ciertas cosas, si cumplen con esas cosas, nos comprometemos en hacer otras. Eso era lo que estaba haciendo Dios, a través de la gran comisión.

Tampoco es un regalo, porque no viene sin que tú hagas algo.

Bajo la ley, cada ley tenía unas consecuencias de no cumplirla. Pero eso no es lo que vemos en la gran comisión, sino un lenguaje de pacto, de compromiso. Y el compromiso de Jesús para todos aquellos que cumplan con estas sesenta y una palabras es que su presencia iría con ellos todos los días, hasta el fin del mundo.

Jesús dijo que toda potestad le fue dada, con el propósito de abrir nuestras conciencias para entender que él tiene toda autoridad, y nos la ha delegado, y ahora nos corresponde a nosotros ir y hacer discípulos, bautizándolos, y llevándolos a entender que tienen que renunciar públicamente a la vieja vida, y enseñándoles a que guarden lo que él enseñó. Y si haces esto, él va a estar contigo, hasta el fin del mundo.

Lo que pasa es que podemos pensar que la presencia de Dios la podemos provocar en un momento dado, simplemente porque nosotros queremos que así sea, cuando en realidad la presencia de Dios siempre fue prometida a través de un pacto.

En los tiempos de Moisés, la presencia de Dios era manifestada a través de los sacrificios. En el tiempo de David, la presencia de Dios era manifestada a través de la adoración. En el tiempo en que nosotros vivimos, la presencia de Dios es prometida a nosotros, cuando cumplimos con las palabras pronunciadas por Cristo en la gran comisión.

¿Quiere decir que no vamos a adorar? ¿O que no vamos a hacer sacrificios de ofrendas? De ninguna manera, porque parte de la gran comisión requiere sacrificios y requiere adoración. No se puede hacer la gran comisión, si no hay sacrificio. No se puede hacer la gran comisión, si no estás consagrado a Dios. No puedes hacer la gran comisión, si no has dedicado tiempo para adorar a Dios.
Antes de ganarte a alguien para el Señor, tienes que haber orado por esa persona. Antes de tú aprender a hablarle a una persona de Cristo, primero deberías tener una lista de todas las personas que necesitas ganarte para Cristo, y todas las mañanas orar y orar.

Dios ha prometido su presencia para los que cumplamos con estas cosas. No es que se va a manifestar. La adoración manifiesta a Dios, pero no se trata de una manifestación, sino de que él llegue contigo, y se vaya contigo. Está contigo en el trabajo, está contigo en tu empresa, en tu negocio. ¿Cómo prosperar tu negocio? Él dijo que si lo levantas a él, si lo elevas por encima de las demás cosas, él va a atraer la gente hacia él. Si quieres que gente llegue a tu negocio, haz del Dios Todopoderoso el centro de tu negocio, levanta a Cristo, la gente va a llegar a él, y por consecuencia a tu negocio.

Él dijo que estaría contigo. No deberías estar constantemente buscando las manifestaciones de Dios. Los que necesitan las manifestaciones son los que no han tenido un encuentro con Dios. Tú tienes que saber que él va a estar contigo siempre: mañana, tarde y noche.

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