EL CONSTRUCTOR ES MÁS IMPORTANTE QUE LA CASA
GÁLATAS 3: 1-6
Así que, amados hermanos, ustedes que pertenecen a Dios y[a] tienen parte con los que han sido llamados al cielo, consideren detenidamente a este Jesús a quien declaramos mensajero de Dios[b] y Sumo Sacerdote. 2 Pues él fue fiel a Dios, quien lo nombró, así como Moisés fue fiel cuando se le encomendó toda[c] la casa de Dios.
3 Pero Jesús merece mucha más gloria que Moisés, así como el que construye una casa merece más elogio que la casa misma. 4 Pues cada casa tiene un constructor, pero el que construyó todo es Dios.
5 En verdad Moisés fue fiel como siervo en la casa de Dios. Su trabajo fue una ilustración de las verdades que Dios daría a conocer tiempo después; 6 pero Cristo, como Hijo, está a cargo de toda la casa de Dios; y nosotros somos la casa de Dios si nos armamos de valor y permanecemos confiados en nuestra esperanza en Cristo.[d]
Moisés, afirma el escritor, fue un fiel sirviente del Señor, sin embargo, en categoría, todo y su fidelidad, no puede compararse con Jesús. El primero, fue eso, un buen servidor que cumplió con excelencia la responsabilidad encomendada por Dios, el segundo, sin embargo, como se nos dice en este pasaje, es el hijo, el heredero de todo el universo. Siguiendo la misma línea argumental afirma que corresponde mayor gloria al constructor de una casa que a la casa misma, refiriéndose a Jesús como el constructor.
Esto me hace pensar, de nuevo, en la centralidad de Jesús en todo lo que tiene que ver con el cristianismo. Seguimos a Jesús, ha sido Él quien nos ha salvado, quien vive en nosotros por medio de su Espíritu Santo y quien nos ha invitado a unirnos a su trabajo siendo agentes de restauración. El es centro, la razón de ser. Sin embargo, tenemos la tendencia a poner en el centro otras cosas, buenas, sin duda, pero diferentes de Él. Cosas que son medios, nunca fines y, por tanto, nunca deberían desplazar a Jesús del centro. Cosas como la iglesia, la denominación, nuestra misión, grupo o movimiento e incluso la Biblia. Cosas, nuevamente, todas ellas buenas, pero que no deben tomar la gloria que tan sólo le corresponde a Jesús.
UN PRINCIPIO
NADA DEBE OCUPAR LA CENTRALIDAD QUE TAN SÓLO CORRESPONDE A JEÚS
UNA PREGUNTA
¿QUÉ OCUPA EL CENTRO DE TU VIDA?
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