La persecución a los discípulos de Cristo fue una parte dramática de la historia de la iglesia primitiva.
Cualquiera que crea que la vida, muerte y resurrección de Jesucristo fue un engaño creado por hombres y conjurado por un grupo de discípulos, debería chequear el legado del martirio. Once de los doce apóstoles, y muchos de los otros primeros discípulos, murieron por su adherencia a esta historia. Esto es dramático, ya que todos presenciaron los presuntos eventos de Jesús y aún así defendieron su fe hasta la muerte.
¿Por qué es esto dramático, cuando muchos a lo largo de la historia han muerto como mártires por creencias religiosas? Porque la gente no muere por una mentira. Eche un vistazo a la naturaleza humana en toda la historia. Ninguna conspiración puede ser mantenida cuando la vida o la libertad están en juego. Morir por una creencia es una cosa, pero numerosos testigos oculares muriendo por una mentira es otra muy diferente.
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