En el Nuevo Testamento la Iglesia es representada como la virgen pura que espera la venida de su Esposo y Cristo como el Esposo ya es presentado en Juan 3:29 » El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está en pie y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo es cumplido». Marcos 2:19 «Y Jesús les dijo: ¿Acaso pueden ayunar los acompañantes del novio mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar».
Sin embargo, la revelación más importante la da Efesios 5:25-33
«Maridos, amad á vuestras mujeres, así como Cristo amó á la iglesia, y se entregó á sí mismo por ella,
Para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra,
Para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha.
Así también los maridos deben amar á sus mujeres como á sus mismos cuerpos. El que ama á su mujer, á sí mismo se ama.
Porque ninguno aborreció jamás á su propia carne, antes la sustenta y regala, como también Cristo á la iglesia;
Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
Por esto dejará el hombre á su padre y á su madre, y se allegará á su mujer, y serán dos en una carne.
Este misterio grande es: mas yo digo esto con respecto á Cristo y á la iglesia.
Cada uno empero de vosotros de por sí, ame también á su mujer como á sí mismo; y la mujer reverencie á su marido.»
Para ilustrar la relación correcta que debe haber entre Esposo y Esposa en Cristo.
«Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella»
Cristo está realizando su obra presente para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la Palabra
A fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha .
Al morir en la cruz Cristo cumplió el simbolismo oriental de pagar una dote al precio necesario para tomar una esposa.
Cristo está preparando y purificando a su esposa para su relación futura.
Al final del siglo, en el arrebatamiento de la iglesia, el Esposo vendrá por su esposa y la llevará al cielo. Allí Ella se presentará como la iglesia que refleja su gloria, perfecta, sin mancha ni arruga, una esposa santa, digna de un Esposo santo.
La fiesta de bodas que seguirá, probablemente consumada en la comunión espiritual del reino milenial, verá reunirse a todos los demás santos para la celebración de la boda de Cristo y su iglesia. Esta fiesta de boda se anuncia en Apocalipsis 19:7-8 en el momento mismo en que Cristo está por venir a la tierra a establecer su reino
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