Ayer fue un día particularmente importante en mi país Venezuela, y es que, como cualquier ciudadano puse mi esperanza en un hombre y su camino «Capriles» y su lema «Hay un camino» le pedí a Dios en oración que me complaciera y permitiera que Capriles ganará las elecciones para ver si este país mejoraba, deje de lado a Dios y su perfecta voluntad y le pedí por la mía, aposte a mi candidato y como era de esperarse «perdí» y es que Capriles no es omnipotente, anoche entre el cansancio luego de una larga jornada aunada al mal tiempo y el resultado de las elecciones, mi familia y yo nos deprimimos, comenzaron a aflorar en mi sentimientos que yo misma «etiquete» de «no cristianos» y volví a pedirle a Dios, esta vez, primero que me perdonara por haber querido que se hiciera mi voluntad en lugar de haber confiado en la suya, que me ayudara a combatir estos sentimientos de desesperanza, que me ayudara a alentar a mi familia y que me dijera que hacer en estos momentos de desesperanza, me acosté a dormir.
La mañana siguiente tomé mi Biblia y la abrí en cualquier pagina, mis ojos se fijaron en un pedacito de un versículo de Zacarías que dice así: «No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu-dice el Señor todopoderoso-» Zacarías 4:6 y como para que viera que la respuesta venía de El, me mostró una especie de señuelo, este versículo esta en el capitulo 4 de Zacarías que se refiere al «candelabro de oro y los dos olivos», ¿porqué digo que este fue el señuelo? porque mi hija, que era miembro de una de las mesas se mandó a hacer un día antes, una chapa que coloco en su franela con la figura de este candelabro, lo hizo como un símbolo de que el único poderoso en Dios, es de El todo el poder y la gloria, enseguida asocie la chapa de mi hija con el mensaje de Dios y pude ver claro lo que ocurrió:
En primer lugar pusimos nuestra esperanza en Capriles y su camino, cuando sabemos que Jesús es el camino. En segundo lugar practicamos la idolatría, el candidato en cuestión se convirtió en eso «un ídolo» incluso había una especie «encantamiento» hacía su persona, esto sumado a que la mayoría de los simpatizantes exaltaban el hecho de que ayer era el día de la llamada por la Iglesia católica, que son mayoría en este país, «Virgen del Rosario», esta virgen se asocia a la victoria en la Batalla de Lepanto un 7 de octubre, denominándola «Señora de las Victorias.» Segura estoy que de haber ganado el candidato de la oposición se le habría hecho una «imagen» inmensa en el centro del país y se habría adorado hasta el cansancio y toda la gloria se se habría dado a ella.
Dios rechaza la idolatría, ese día en honor a esa virgen todos los votantes que hacían oposición llevaron un rosario colgado al cuello en señal de que estaban poniendo todas sus esperanzas en esa virgen, ¿de haber ganado ese candidato a quien hubiese ido todo el poder y la gloria? Pocos le habrían dado el triunfo a Dios. El mismo candidato puso sus esperanzas en unos «zapatos de la suerte». El día de ayer El Señor nos impidió que cayéramos más, nos salvó, no perdimos, ganamos, su misericordia a pesar de haberle fallado poniendo nuestra esperanza en un hombre, nos salvo, continua el versículo ¿Que te crees tu, gigantesca montaña?
¡ Ante Zorobabel sólo eres una llanura¡ Y El sacará la piedra principal entre gritos de alabanza a su belleza»
Nos falló el hombre y su camino como era de esperarse, no pusimos nuestras esperanzas en Jesús y su camino, El si que no nos habría fallado, así que no debemos sentirnos derrotados, solo debemos volvernos a El y , da pena decirlo, pero, ahora que el hombre nos fallo si volvernos a El, al omnipotente, al que todo lo puede, a el todo el poder y la gloria, al único camino entonces sí :
«No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu- dice el Señor Todopoderoso»- Zacarías 4;6 Dios es perfecto ,la gloria no será para el hombre, será Dios en sus perfectos tiempos quien restaure este pueblo.
Comparto esta oración de una muy querida hermana Tere publicada hoy en su blog : «simplemente sencilla y apasionada»:
«Padre amado en el nombre de Jesús te pedimos perdón por todos nuestros pecados y pedimos al Espíritu Santo que llene todo nuestro ser de su maravillosa presencia y que rompa en nuestras vidas todo yugo que nos ata y nos roba la paz y la fe.
Señor renunciamos a toda palabra negativa que sale de nuestros labios y que está atesorada en nuestro corazón, renunciamos en Cristo Jesús a toda mentalidad negativa y declaramos que la paz, el amor, la compasión y la sabiduría de Cristo llena todo nuestro ser.
Amado Dios, nos consagramos a Tí en este día, te entregamos todo dicho de nuestros labios, para que de nuestra boca salgan palabras de vida y bendición, renunciamos a toda palabra de maldición que pueda brotar de nuestro corazón y nos llenamos de tu Palabra, nos rendimos en adoración ante Tí y proclamamos que en Cristo somos más que vencedores.»
Te amamos, amén.
Señor a ti todo el poder y la gloria
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