PARA SIEMPRE
HEBREOS 7: 24-28
26 Él es la clase de Sumo Sacerdote que necesitamos, porque es santo y no tiene culpa ni mancha de pecado. Él ha sido apartado de los pecadores y se le ha dado el lugar de más alto honor en el cielo.[f]27 A diferencia de los demás sumos sacerdotes, no tiene necesidad de ofrecer sacrificios cada día. Ellos los ofrecían primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Sin embargo, Jesús lo hizo una vez y para siempre cuando se ofreció a sí mismo como sacrificio por los pecados del pueblo. 28 La ley nombra a sumos sacerdotes que están limitados por debilidades humanas; pero después de que la ley fue entregada, Dios nombró a su Hijo mediante un juramento y su Hijo ha sido hecho el perfecto Sumo Sacerdote para siempre.
Siguiendo con la comparación entre los antiguos sumos sacerdotes de la Ley mosaica y Jesús, aquellos tenían que ofrecer sacrificios, en primer lugar, por ellos mismos, después por los pecados del pueblo, sin embargo, los mismos eran temporales y no podían, de manera definitiva, resolver el problema del pecado. De Jesús, se afirma, que ofreció un sacrificio que es permanente, que es para siempre. También los sumos sacerdotes de la antigua dispensación tenían un ministerio temporal mientras que el de Jesús es un ministerio para siempre.
Para mí, de forma personal, agradecer que el sacrificio de Jesús ha resuelto, de forma definitiva, el problema de mi pecado. Desde el punto de vista legal ya no soy culpable ante Dios. El precio que exigía mi culpa ha sido cancelado. Es cierto que todavía vivo y seguiré viviendo las consecuencias -en forma de las cuatro rupturas- de mi pecado, pero ese es, precisamente el trabajo de restauración que el Maestro día a día lleva a cabo en mí.
UN PRINCIPIO
EL SACRIFICIO DE JESÚS ELIMINA EL PROBLEMA DE LA CULPA DEL PECADO PARA SIEMPRE
UNA PREGUNTA
¿QUÉ ESTÁ IMPIDIENDO QUE EXPERIMENTES ESE PERDÓN?
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