Un aplauso…

Vladimiro Vásquez es un pastor guatemalteco de mucho respeto. Ministra en la Ciudad de Guatemala desde ya hace varios años en su congregación Visión de Fe, de la cual es fundador. Su ministerio se ha extendido a otros países y es muy querido por los apóstoles y pastores de varias naciones. Pastores de gran talla acuden a él en busca de consejo ya que es un hombre que posee dos cualidades muy raras en los ministros de Dios: humildad y sabiduría… Da unos consejos que para qué le cuento… Aunque tenga que dar jalones de oreja, lo hace con tanto amor que uno ni cuenta se da que le está sacando el aire…aparte de sacar también chamucos que es una de sus características muy personales (chamucos: espíritus malignos que molestan la conducta de algunos cristianos).  Pues bien, el Pastor Vlady, mejor conocido como Vlady, así a secas, es un varón de mucha bendición. Tiene uno de los desayunos pastorales más antiguos de Guatemala. Lleva ya casi treinta años impartiendo la Palabra de Dios a los pastores que se reúnen con él todos los miércoles en un restaurante de la ciudad. Sin temor a equivocarme, puedo decir que ya es parte del inventario de ese restaurante, como se dice por allá. Lo respetan políticos, economistas, médicos y profesionales de otras ramas. Entre los grandes que se sientan a escuchar sus estudios hay apóstoles ante quienes hay que quitarse el sombrero. Sin embargo, sin pena ni gloria, acuden cada miércoles a escucharlo enseñar. Tiene un don maravilloso. Quisiera que algún día usted pueda conocerlo personalmente, va a quedar impactado por su carácter suave, tierno y compasivo. Bien… ¿por qué escribo todo esto? Porque resulta, mis queridos lectores, que Vlady es mi pastor desde hace ya unos veinte años. Les cuento que, cuando el Señor nos llamó a ministrar a este bello país de El Salvador, fue el único que creyó en nuestro llamado. Nos conocíamos desde hacía unos años en otra congregación y luego, a través de mi querida esposa, lo traté personalmente en su famoso desayuno pastoral. No era mi pastor para ese entonces, pero bastó un par de desayunos para que entre él y nosotros naciera una empatía que ha durado ya todo este tiempo. De manera que cuando buscamos una cobertura para poder funcionar en el orden bíblico como pastores, el Señor nos guió hasta él y nos cobijó bajo su manto de bendición. Testifico ante todos los que me leen que su cobertura ha sido y es de mucho cuidado, bendición y enseñanza. Nuestro ministerio ha sido afectado positivamente por sus mensajes y estilo de vida… Vlady es un buscador de la Presencia de Dios. Su trato hacia nosotros los pastores que nos cubrimos bajo su ministerio somos fruto de sus enseñanzas y correcciones oportunas… Bueno… pero, ¿por qué estoy escribiendo sobre él?  Porque debo darle honra a quien la merece. Y, queridos amigos, resulta que mañana es su cumpleaños. Y no podré llevarle su regalo como acostumbro por motivos de citas médicas y eso me impide ir a Guatemala y darle un fuerte abrazo como años anteriores y, aprovechando que lo tengo cerca, pedirle una oración para mi esposa y para mí, a lo cual él nunca se niega. Así que pongo este escrito en mi blog para que me acompañen y le demos un caluroso y afectuoso aplauso a nuestro querido pastor Vlady. Las personas más parecidas a Jesús que conozco en esta tierra son dos: mi esposa y mi pastor… Felicidades, querido padre y amigo… Un sonoro aplauso para ti…

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.