HECHOS ESTUDIÓ 8: BARRERAS

El capítulo ocho del libro de los Hechos es sorprendente. Como en el resto del libro vemos que el Espíritu Santo toma la iniciativa y los apóstoles tratan de hacer lo que buenamente pueden para seguirlo. La gran expansión del seguimiento de Jesús se produce por Samaria y es algo que los apóstoles no pensaron ni desarrollaron de acuerdo con un plan estratégico, simplemente sucedió porque seguidores de Jesús de a pie tomaron la iniciativa de compartir su fe.

Pero en todo este capítulo vemos el evangelio cruzando barreras. La buena noticia es predicada a los samaritanos lo cual significa que una barreras racial es rota por el evangelio. Gente que a los ojos de un judío ortodoxo era considerada como basura es incluida en el Reino de Dios.

Pero otra nueva barrera es cruzada, en este caso por Felipe que lleva el mensaje a un eunuco. Este hombre era despreciable por varias razones, su masculinidad mutilada, algo que expresamente la Ley maldecía, su carácter de extranjero. Doblemente excluido de aquello que para un judío era la comunidad de los elegidos. Sin embargo, Felipe recibe la orden de dejar una campaña evangelistas de éxito para ir a compartir el evangelio con alguien impuro.

Este pasaje demuestra el carácter universal del evangelio que rompe todo tipo de barreras, culturales, económicas, sociales, políticas, raciales, religiosas, de género, etc., etc.

Pero este pasaje me pregunta y me encara con una seria pregunta ¿Quiénes son los eunucos en el contexto en el que yo vivo? ¿Quiénes son las personas a las que no estoy yendo? ¿Qué barreras debo y debe la iglesia cruzar para ser inclusiva y hacer el mensaje del evangelio una buena noticia para todo ser humanó sin excepciones?


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