MARCOS ESTUDIO 1. PRUEBA

Le puso a prueba.

Uno de los episodios del primer capítulo del evangelio de Marcos es la tentación de Jesús en el desierto por parte de Satanás.

Todos vamos a ser probados, en muchas ocasiones y de muchas maneras. La prueba tiene la capacidad de poner de manifiesto nuestra realidad. Las pruebas sacan a la superficie lo que hay en nosotros y, de ese modo, constituyen una buena oportunidad para trabajar aspectos que, si no existieran las pruebas, nunca tendríamos la oportunidad de ser conscientes de ellos y, consecuentemente, trabajarlos y, con la ayuda de Dios, cambiarlos.

En el mundo de la industria todo producto es -o debería ser- probado antes de ser lanzado al mercado. Es preciso saber cómo el mismo responderá en situaciones de uso extremo y los fabricantes tratan de imaginar la mayor cantidad posible de escenarios y de qué modo su producto se comportará ante los mismos. Un producto no probado y verificado puede echar por tierra la reputación de una marca.

Las pruebas pueden venir de Satanás, de nuestro entorno, de circunstancias que están más allá de nuestro control, de consecuencias de nuestras propias decisiones, acertadas o no. Las pruebas no tienen la culpa de nada, son neutras y, simplemente, sacan a relucir áreas de nuestra vida que merecen nuestra atención. 

Las pruebas pueden ser muy beneficiosas para nuestras vidas al significar, como decía antes, una oportunidad de parte del Señor para cambiar, crecer, rectificar o, contrariamente, pueden ser una oportunidad perdida que nos lleve a quejarnos de lo que nos sucede sin ver el poder transformador encerrado en la prueba.



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