Las bestias nunca son protagonistas

Como en toda película, obra de teatro o cuento, las bestias o malos nunca son los protagonistas. Ellos siempre juegan un papel secundario para que el bueno salga en «caballito blanco» y se gane la simpatía de todos y todas. En el caso de Apocalipsis sucede lo mismo.

Resulta que el libro es una especie de guión cinematográfico que nos dibuja con palabras y párrafos excelentes escenas en las que se exhibe a la bestia, pero con motivo de mostrar a Jesús quien la vence después de una batalla descomunal y toma toda autoridad.

Cuando hacemos una lectura «bestiacéntrica» y olvidamos al cordero de Dios, estamos haciendo una incorrecta lectura que nos llevará a resaltar aspectos como el sello de la bestia, los cataclismos, veremos al sol oscurecerse… y eso nos desviará la mirada de la victoria de Jesús sobre el mal.

El libro de Apocalipsis, como lo diría Juan Stam, es un libro sobre «Retratos de Jesús». Por ejemplo podemos ver en el capítulo uno a Jesús majestuoso, rodeado de gran luz, victorioso sobre la muerte y más vivo que nunca. Luego lo podemos ver como léon y como cordero, y después como victorioso guerrero cabalgando un caballo blanco galopante. Y otros retratos más que puedes descubrir leyendo tu mismo con esa conciencia de ver a Jesús en el texto y no a la bestia.

Ya basta de leer el Apocalipsis con una mentalidad de bestia y catástrofe ¡Es hora de ver a Jesús y a él venciendo sobre la bestia!


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.