Así como el pecado trajo el reinado de la muerte, así también será ahora la gracia la que reine por medio de Jesucristo.
Pablo hace una comparación entre Adán y Jesús. Según el apóstol por medio de Adán entraron en el mundo el pecado y la muerte pero, por medio de Jesús lo han hecho la vida y la gracia. Esta comparación culmina con la afirmación que he reproducido al principio de esta entrada, ahora, la gracia reina por medio de Jesús.
Me ha parecido fantástico y desafiante. Fantástico porque la Ley, el juicio y la condena han sido sustituidos por la gracia. Porque Dios ha decidido tratarnos no como nosotros merecemos, sino antes al contrario, con amor, aceptación y bondad. De hecho, eso es precisamente la gracia, tratar a alguien de la forma antes descrita sin ninguna relación con sus méritos o falta de los mismos.
Desafiante porque me invita a llenar mi vida de gracia. Colaborar para que el reinado de la misma impuesto por Jesús sea una realidad. Tratarme a mí mismo con gracia, tratar a los demás con gracia, impregnar mis pensamientos, mis actitudes, mis valores, mis apreciaciones, mis comentarios, mis motivaciones, mis acciones y mis omisiones de esa sublime gracia que Jesús trajo para todos nosotros.
¡Qué tremendo desafío para nosotros tan propensos al legalismo, al juicio y a la condena de los demás!
Deja una respuesta