Hermosa por dentro y por fuera

Salmo 149
Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo; hermoseará a los humildes con la salvación. (Salmo 149:4) RV60
Hermosas por dentro y por fuera
La conocí unos meses atrás. Su sobrepeso le enfadaba. Andaba con el cabello desarreglado, el ceño fruncido, sin sonrisa. La semana pasada se bautizó. Cuando bajaba a las aguas, no pude evitar derramar unas lágrimas. Ciertamente aún no pierde todo el peso que ha ganado en años de problemas y dolor, pero su cabello irradia, sus ojos brillan, su sonrisa la embellece. Y es que ella ha conocido a Cristo.
La belleza es un tema controversial. Pero a mí me queda claro que una mujer es más bella cuando dentro tiene a Jesús que cuando anda por la vida esclava del pecado, aún sea una súper-modelo. Pues la gracia de Dios embellece, ya que es inmerecida, inesperada e incomprensible. El misterio de su gracia nos da brillo en la mirada, la paciencia de su gracia nos roba una sonrisa, la perfección de su gracia suaviza nuestras facciones. Como este salmo nos indica, su gracia nos hace humildes, y la humildad nos hace hermosas.
Pensemos en las características de una mujer embellecida por la salvación: 1. Gentileza. Sus manos ya no son ásperas, sino suaves, porque aprende a acariciar y no a golpear. 2. Paz. No sufre de colitis o gastritis, sino que su estómago está sano, porque confía en Dios y no se preocupa por cosas que no están en sus manos cambiar.
3. Contentamiento. Su rostro no revela arrugas porque no envidia lo que otros poseen, sabe que Dios le proveerá sustento y abrigo, y está contenta con ello. 4. Gozo. Su sonrisa no es una farsa, sino parte de su atractivo. Con facilidad rompe en una sonrisa pues su gozo no viene de lo externo, sino de lo que mora dentro de ella. 5. Santidad. Su cuerpo goza de buena salud pues lo guarda por ser templo del Espíritu. No se desvela sin razón necesaria; duerme sus horas; come sanamente; hace ejercicio. Sobre todo, no consume sustancias nocivas ni entrega su cuerpo a la inmoralidad.
Tal vez no te sientas particularmente bella este día, pero lee de nuevo la primera parte del versículo: “Porque el Señor se complace en su pueblo” (NVI). Dios se complace en ti. ¿No te sientes más hermosa, aunque estés sin maquillar y en pijama, si tu esposo te mira y te susurra que eres bella? Dios se complace en ti. Él te ha hecho bella. Su gracia te hace bella. Y por ello ¡debemos alabar a nuestro Dios!
Oración: Señor, gracias por tu salvación. Una salvación inmerecida, pero que acepto por fe. Gracias porque tu salvación me embellece. ¡Te alabo por tus grandes maravillas!

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