• Tu palabra es verdad. – Juan 17:17.
(Jesús dijo:) Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. – Juan 8:32.
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El arqueólogo Sir William Ramsay había sido convencido por las tesis de un sabio con respecto a las supuestas «inexactitudes históricas» presentes en los evangelios. Viajó al Medio Oriente para acreditar allí dichas tesis. Después de haber estudiado los detalles históricos presentes en los evangelios, regresó confirmando su veracidad. Llegó a la convicción de que los evangelios reflejan bien la realidad.
Dijo: «Empecé mis estudios con una actitud poco favorable a esas conclusiones, porque yo creía la teoría sobre «la inexactitud de los evangelios». Sin embargo, poco a poco tuve el sentimiento de que, hasta en los mínimos detalles, los pasajes bíblicos exponían la verdad». Más tarde, Ramsay se volvió un verdadero defensor y predicador de la Palabra de Dios.
Sí, la Palabra de Dios es la verdad. ¡En vez de creer ciegamente a los detractores de la Biblia, hay que juzgar con fundamento, comenzando por leerla! ¿Qué credibilidad tendría alguien que hablase de un libro que no ha leído? Para recibir el mensaje único de ese libro, hay que leerlo con honestidad y simplicidad.
A los que lo escuchan con una conciencia sincera y un corazón humilde, la Palabra de Dios siempre les demuestra su poder y su autoridad. “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12).
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