No terminemos haciendo lo mismo que criticamos por Luis Rodas

Creditos: Luis Rodas – Veronica Vilugron

Bueno, hoy es 1 de enero del 2009, y en los típicos pensamientos de finales y principios de año, me encontré pensando un poco en «Es hora de ser real». Desde hace unos meses tengo algo en el corazón y dudé bastante en escribir al respecto. Pero hoy creo que es el momento.

Comenzando desde el principio

Una de las razones por las que comenzamos «Es hora de ser real» fue por oponernos a la casi única voz que parecía haber en ese momento por internet y demás medios de comunicación.
Habíamos estado buscando libros, revistas, paginas web, predicaciones o lo que sea que expresara lo que estaba en nuestro corazón, pero parecía una misión imposible.


Todo iba hacia una dirección: UN NUEVO EVANGELIO (para entenderlo mejor leer Gálatas 1:6-9).

Cada famoso predicador, escritor, músico, pastor, conferencista y demás parecía tener un único mensaje. Los «ídolos evangelicos» se multiplicaban y todos hablaban lo mismo.

Recuerdo un día que vi una película «cristiana» y al finalizar, me encontré con un segmento en el dvd donde promocionaban las últimas novedades del mercado «cristiano». Todo era igual: «psicología cristiana», motivación y desarrollo personal, prosperidad, autoexaltación, gloria humana, comercio y humanismo. Al terminar de ver esto, asqueado, mi pregunta fue: ¿Cómo puede ser que yo vea una cosa y el resto otra totalmente diferente?.
Dulce pero amargo

Cuando digo que yo veía totalmente otra cosa, no estoy hablando de una emoción de unos días, ni de un año o dos. Hacía unos 8 años que el Señor me había empezado a hablar y mostrar en Su Palabra cosas que me traerían muchos problemas. Allí comencé a vivir lo que Ezequiel y el apóstol Juan definirían como «dulce en la boca pero amargo en el vientre».

En aquellos primeros momentos, luego de darme cuenta de mi propia prostitución delante del «dios ministerio» y mis deseos de reconocimiento, y de llorar y arrepentirme, estaba fascinado por encontrarme con lo que Chuy Olivares hace un tiempo llamó «El verdadero evangelio».

Pero ese deslumbramiento pronto se convirtió en persecución, aislamiento, dudas y quebrantamiento. Había sido maravilloso subir al monte pero ahora era muy difícil bajar de él.
A Moisés, salvando las enormes distancias, le sucedió algo así. Moisés subió al monte Sinaí y permaneció 40 días con el Señor. Allí EL le mostró el Tabernáculo, le escribió las leyes y conoció de muy cerca el corazón del Señor. Pero luego tuvo que bajar. Al hacerlo se encontró con el pueblo desenfrenado en idolatría y fornicación. Lleno de ira, Moisés, rompió las tablas escritas por el dedo de Dios y luego tuvo que subir 40 días más al monte de Dios.

Es más fácil subir que bajar

Y la realidad es que es más fácil subir al monte de Dios, que volver a bajar luego de haber visto el corazón de Dios y el verdadero diseño del Tabernáculo, y encontrarte con una inmensa mayoría de la Iglesia siendo algo muy diferente a lo que acabamos de ver con tanta claridad y deleite.
Sin duda bajar es muy difícil. Las predicaciones que antes escuchábamos tan tranquilos ahora se nos hacen insoportables. Los congresos, libros, mercadeo «cristiano», el humanismo metido dentro de la Iglesia, la corrupción, la búsqueda de gloria personal y muchas cosas más se vuelven un dolor de estomago amargo que no podemos aliviar con nada.

¿Que hacemos?

Y ahí debes tomar la decisión de callar o convertirte en el «rebelde» mal visto. Yo, la verdad, no pude callarme. Y ahora lo agradezco. Estoy seguro que si me hubiera callado las consecuencias serían fatales. Y esta fue la principal motivación de comenzar «Es hora de ser real». Nosotros, al menos, buscábamos por todos lados hermanos que vieran lo mismo pero no encontrábamos a nadie. En Internet no había casi nada, y cuando digo «casi nada», piensen que más que nada quiero decir un porcentaje ínfimo casi imperceptible de lo que se podía encontrar de cristianos hablando la verdad.

¿Que fue lo que pasó?

Un día buscando casi con desesperación encontré el artículo «Arrepintiéndonos de la ‘Psicología Cristiana’» que al tiempo publicamos en nuestro blog, y fue todo un descubrimiento. Una noche entre preocupado y enojado, hablando con Vero (mi esposa) sobre algo, le dije que gente como Marcos Witt, Chuy Olivares y otros que habían comenzado el movimiento de «Alabanza y Adoración» debían, o pedir perdón por lo que habían enseñado hace unos 15 años, o arrepentirse por haberse apartado de la verdad que predicaban antes. O se habían equivocado hace 15 años, o ahora estaban apostatando de todo lo que habían predicado con tanta pasión.

A la mañana siguiente, buscando otra cosa, encontré una predicación que ni sabía de donde la había sacado. Se llamaba «Mercaderes del templo». Ni bien empezar mi corazón se aceleró. Hablaba del comercio en el que se había convertido todo aquel movimiento de «Alabanza y Adoración» y de como muchos estaban lucrando con el evangelio. El predicador era alguien que no escuchaba desde hacía unos cuantos años: Chuy Olivares.

Al instante busqué su nombre en Internet y me encontré con la pagina de la Iglesia que pastorea. Allí había más predicaciones. Escuché su serie «El verdadero evangelio» y, sinceramente, no podía creer que alguien se atreviera a decir todo ese tipo de cosas. Y más viniendo de un hombre que hoy podría estar en la cúspide del «mercado evangelico de ídolos».

Luego encontré a Paul Washer y me pasó más o menos lo mismo. Su predicación en una conferencia Bautista llamada «El camino angosto» me pareció una de las más fuertes que escuché en mi vida.

«No eres el único»

Por lo que nos lanzamos a luchar contra los mercaderes del templo, los lobos rapaces, las herejías, la manipulación y demás males que hoy abundan. Sabíamos que lo mismo que nos había pasado a nosotros le estaba pasando a miles y ellos necesitaban que alguien les dijera: «No eres el único, no estás solo, no eres el rebelde, ellos son los rebeldes a la Palabra de Dios, es necesario luchar por la fe, ese no es el evangelio, ES HORA DE SER REAL».

Chau blog

Nos rechazaron, criticaron, insultaron, amenazaron y hasta, como ya seguro saben, se metieron en nuestro correo, y así pudieron eliminar el blog, el canal en Youtube y el mismo correo de Hotmail. En una mañana había desaparecido todo.

Pero también miles comenzaron a escribirnos y a sentirse identificados. Hicimos muchos amigos y compañeros de batalla. Muchos comenzaron a abrir blogs, a hacer videos y ponerlos en Youtube, y hasta Podcast. Nosotros mismos pedíamos que cada uno desde su lugar comience a luchar por la verdad (leer el artículo «Un ejercito decidido a todo»).

Y todo esto sin duda fue algo que nos puso muy contentos. De buscar por Internet y no encontrar nada, a encontrar blog y videos por todos lados hablando de «desenmascarar a los lobos rapaces».

Pero he aquí lo que no me deja tranquilo

Pero…. hay algo… hay algo que no me deja tranquilo… Sé que a algunos no les va a gustar lo que voy a decir. Tal vez pierda algún amigo. Sé también que alguno lo usará en mi contra. Pero…. lo siento mucho…. es como que lo debo hablar…. De pronto comencé a ver que se formaba un nuevo mercado. De los que «no estamos de acuerdo». De los que hablamos «contra esto y aquello». «Contra los músicos que cobran para tocar», «contra los apóstoles», «contra el G12», «contra los fulanos», «contra los menganos», «contra….»

No hay dinero pero sí fama

Y claro, no hay dinero de por medio, porque estamos «en contra de los que cobran», pero sí hay una clara y evidente búsqueda de que otros conozcan más nuestros nombres y nuestras grandes predicaciones o escritos «en contra de….».

Ya se ve en alguna pagina el anuncio de que fulano de tal (el dueño de la pagina) va a estar en tal y tal Iglesia hablando «contra no se qué». Ya se ve como algunos luchan por lograr más visitas a sus paginas o blogs y hacen lo que sea con tal de lograrlo. De hecho, un lobo vestido de oveja, hace poco comenzó una pagina con un estilo muy parecido al nuestro y hasta usando videos nuestros, intentando hacer los artículos más llamativos que se le ocurrieran para atraer gente. Este lobo cuando nos hackearon el blog comenzó a decir que habíamos sido nosotros mismos quienes lo hicimos. Y que él quería que le pase lo mismo para llamar más la atención hacia su blog. Para luego, a los pocos días, decir que alguien le había cerrado el blog y dijo literalmente: «ahora espero que me hagan la misma publicidad que a Es hora de ser real». ¿A que clase de corazón puede ocurrirsele cosas así?. A un lobo, simplemente.

El camino al éxito

Pero lamentablemente esto no sucede por casualidad. Esto sucede porque muchos se dieron cuenta que habían miles buscando darle la espalda a lo que nos han vendido como «la verdad del evangelio» pero que no es otra cosa que una farsa.

Algunos comenzaron a hacerlo con una excelente motivación, otros no tanto, y otros simplemente vieron el nuevo mercado. Que como decíamos no trae dinero, pero sí te puede poner en la boca de miles. Y eso al ego le encanta.

He visto blog que ni bien empiezan, ya arrancan con el contador de visitas en miles y miles. Eso para dar la sensación de que se trata de un blog muy visitado. Todos los días me llegan invitaciones de que lea tal artículo que es «espectacular» en tal blog. Blogs con el nombre del autor en primera plana, festejos de que llegaron a no se cuantas visitas, algunos casi se pelean por ver quien publica primero la nueva noticia de la caída de no sé quien y muchísimas cosas más que creo innecesarias porque creo que la idea ya quedó clara.

Una plataforma para el ego

Nosotros, «Es hora de ser real», rogamos con el corazón en la mano, que juntos busquemos al Señor para dar un paso más adelante. Si estamos «en contra de los que usan el evangelio como un medio para hacerse conocer a si mismos», ENTONCES NO HAGAMOS LO MISMO. No edifiquemos una nueva plataforma donde tengamos a nuestros «grandes y valientes» predicadores de «contra esto y aquello». No usemos, ya sea, blogs, radios, Iglesias, conferencias o lo que sea, para que nos conozcan a nosotros y nuestros «ardientes» mensajes jugando a ser el nuevo Chuy Olivares, Paul Washer o quien sea. NO usemos todo esto para hacernos conocer. NO. NO. NO.

Hablemos «contra lo que está mal», hablemos la verdad, hablemos «el verdadero evangelio», luchemos por la fe, PERO NO USEMOS TODO ESTO PARA LLAMAR LA ATENCIÓN O PARA CONVERTIRNOS EN EL NUEVO REVOLUCIONARIO DE «CONTRA NO SE QUE».

Mi oración

Yo, sinceramente, anhelo ver más sobre JESÚS, el mensaje glorioso de la salvación, hermanos nuestros entregando sus vidas en lugares donde nadie está predicando, hermanos que hablan «contra…» pero no solo dando nombres o repitiendo siempre lo mismo, sino derribando mentiras con la Palabra y con la claridad que solo puede dar el Espíritu Santo. Ese es mi anhelo. Por eso oro. Por eso clamo. Ese fue uno de mis clamores en este fin de año.

Para ser sincero, no he escrito casi nada últimamente porque veía que no tenía sentido agregar más de lo mismo. Lo podría haber hecho para mantener a la gente visitando la pagina. Podría haber metido muchas noticias de esas que luego todos escriben comentarios horrorizados o insultándonos. Podría esto o aquello… ¿pero saben qué?…. Por favor no se enojen… pero hace años que renuncié a la adoración del «dios ministerio» y la búsqueda de quien es el que llega más lejos. NO ME INTERESA. No, gracias…

¿Que hago, renuncio al movimiento?

Si el movimiento de hablar «contra…» es esto, renuncio. Sí, sí. No me interesa. Lo único que realmente me interesa es el día que llegue delante del Señor y tenga que rendir cuentas.
¿Y tú?


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