GÉNESIS PARTE IV/EL CICLO DE JACOB/CAPÍTULO 31

Vuelve a la tierra de tus padres, donde están tus parientes, que yo estaré contigo.

Esta es la recomendación y la promesa que el Señor le hizo a su siervo Jacob. Volver a casa y la seguridad de su presencia en ese proceso.

Al leer esto he pensado en la necesidad de valorar la presencia del Señor a la hora de hacer cualquier tipo de emprendimiento. Es cierto que su promesa es estar con nosotros cada día hasta el fin del mundo, sin embargo, eso no significa que apruebe y pueda dar su bendición a todo aquello que hago, su promesa no es un cheque en blanco ni una patente de corso.

Valorar la aprobación del Señor para asegurarnos su bendición y, al mismo tiempo, para evitarnos las consecuencias de actuar y obrar al margen de su voluntad. 

Para poder valorar esa aprobación necesitamos desarrollar una relación significativa con Dios que nos permita estar en sintonía con Él, entender su voluntad, identificar sus criterios y poderlos aplicar. En ocasiones, eso es claro y fácil, en otras, difícil y precisa de reflexión, tiempo y comunión.



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