LA GRACIA DE DIOS ES SUFICIENTE


Estando en una conferencia en los Estados Unidos del ministerio “Caminando Bajo Su Gracia” (Grace Walk), me doy cuenta que nuestro Dios es demasiado especial.

Este año ha sido uno bien difícil para mí en muchas áreas. En muchos momentos sentía desfallecer y pensé que Dios se había olvidado de mí. Oraba en muchas ocasiones llorando y parecía que el cielo se había cerrado para mí. En ocasiones me molestaba con Dios aunque bien adentro de mí sabía que me seguía amando en manera especial.

En muchos de esos momentos me decía a mí mismo, “Dios, yo sé que tú me amas, pero no entiendo lo que está pasando. Sé que me amas, pero no sé por qué no haces un milagro a favor mío o mi familia.” La desesperación se apoderaba de mí en ocasiones y pensaba, “¿Tú no eras, Javier, el que enseñaba que la vida de Dios es un descanso? ¿Dónde está el descanso cuando Dios no contesta tus oraciones? ¿Qué pasó con aquello de que ‘fuiste creado para ser amado por Dios’ cuando ese Dios de amor parece que ni siquiera se preocupa por tu dolor?”

Mis circunstancias ahogaban la realidad y la verdad de Dios. Mis pensamientos volaban a miles de revoluciones por minuto. Continuaba nutriendo mi vida con Dios de diferentes maneras, pero sentía que Dios estaba a miles de años luz de distancia.

Me identificaba con el apóstol Pablo cuando le pidió al Señor que le quitara el aguijón en tres ocasiones, pero la respuesta de Dios fue, “mi gracia es suficiente.” (2 Corintios 12:8-9) En sinnúmero de ocasiones había compartido este pasaje, pero la verdad es que en todo este año he pensado que la gracia de Dios no es suficiente. Es como me he sentido y así se le dije a Dios.

Sin embargo, cuando miro hacia atrás, me doy cuenta que durante todo el año la gracia SÍ ha sido suficiente. Las situaciones no han salido cómo yo esperaba, pero la verdad es que durante todos los procesos el poder, la persona y la presencia de Dios han sido mi estandarte.

He pasado por dolor, angustia, soledad y desesperación, pero puedo decir que mi Dios me ama en manera especial. Es cierto que no entiendo muchos de los procesos y quizás nunca los entienda, pero una cosa sé: mi Dios es una realidad que trasciende mi mente, mis emociones y mis pensamientos.

Al asistir a esta conferencia me he dado cuenta que mi experiencia no es atípica. Escuchando personas de Estados Unidos, Australia, Rumania, Pakistán y otros países, me doy cuenta que no estoy solo en estas experiencias. Hay otros, que como yo, han vivido, y siguen viviendo, momentos de dolor y angustia, pero la realidad de nuestro Dios supera cualquier cosa de este mundo.

La experiencia de Pablo y Silas cantando en la cárcel se aleja de ser un evento puramente histórico. Ésta se convierte en una identificación personal donde cantar a Dios sin entender los procesos ni saber el por qué de las cosas produce liberación aunque hayan cadenas terrenales que quieran coartar nuestra vida y descanso en Aquél que es nuestra libertad y vida.

Compartir con hermanos y hermanas que en diferentes partes del mundo viven experiencias similares a las que yo vivo, me ha hecho enfocar mi corazón a la realidad de nuestro Dios por encima de las circunstancias de esta tierra. A la misma vez, me deja ver con mayor claridad que realmente la gracia de nuestro Dios nos sostiene en todo momento.

Hoy puedo decir con firmeza, aun sin entender muchas cosas, que “la gracia de nuestro Dios es suficiente.” A Él damos gloria hoy y siempre. Amén.



Artículos por Javier, Vida Práctica
Fuente:  http://www.viviendoenel.org/?p=1796


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