1ª a los Corintios 14:34-35

1ª a los Corintios 14:34-35 «Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación». Quiere decir que las mujeres no hablen específicamente para dirigirse públicamente a toda la asamblea, como por ejemplo enseñar, profetizar, predicar y menos dirigir, en una reunión formal (en el domingo, que es el día del Señor) de la congregación; se les prohíbe. Para todas las demás actividades de una congregación la mujer puede hacer lo que se le prohíbe en una reunión formal.

Es importante decir que algunos interpretan este pasaje como una situación particular para los hermanos de Corintios; a pase que Pablo dice “…Como en todas las iglesias de los santos, (1ª Corintios 14:33a RVR60). Otras personas dicen que Pablo tenía algo en contra de las mujeres ya que él era soltero, y por eso les manda a callar.

Un pasaje similar a 1ª Co. 14:34-35 es 1ª a Timoteo 2:11-12 «La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio».

La mujer puede enseñar, profetizar, predicar, etc., pero siempre bajo sumisión del hombre, por lo tanto no puede llevar a cabo actividades que le de autoridad para dirigir, mandar, o como conocemos en la actualidad, labores de liderazgo.

Las mujeres pueden tener todos los dones, pero esto no quiere decir que tengan la autoridad de Dios para dirigir, mandar, liderar al extremo que los hombres estén bajo su mando en la dirección de la iglesia.

Otros pasajes que ayudan son: 1ª a Timoteo 3:1-7 y 12 «Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, —marido— de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. Los diáconos sean —maridos— de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas». ¡No dice que la mujer sea esposa de un sólo marido!

Los hombres que son responsables de conducir a la iglesia (1ª Ti 5:17; 1 Ts. 5:12; He. 13:7; Hch. 20:17, 28; Tit. 1:5–9; 1 P. 5:1, 2)
En resumen vemos que esto se trata sobre el —orden divino— (una prohibición universal) y nunca otra cosa humana o de tradicional o herejía o cultural o por la ignorancia de las mujeres.

Para mayores detalles le invito a que vea el siguiente video: http://youtu.be/D0U21wNC9hE


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