NÚMEROS PARTE I/ LA GENERACIÓN DEL DESIERTO/ CAPÍTULO 11/ 2

Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, porque es demasiado pesado para mí.

El capítulo once de Números es demasiado jugoso para darlos por concluido con una sola reflexión. Hay varios principios de liderazgo de tremenda importancia que aparecen en este fragmento de la Biblia.

Aqui se habla de la capacidad del líder para reconocer que la tarea de guiar espiritualmente a otros es superior a sus fuerzas físicas, emocionales, espirituales e intelectuales. Es un signo de madurez tremenda el reconocer las limitaciones propias y, consecuentemente, la necesidad de ayuda por parte de otros. En otras palabras, todos los líderes por definición son limitados.

Otro principio, que se deriva del anterior, es que el liderazgo ha de ser compartido con otros. Una y otra vez este principio aparece claramente en las Escrituras que no nos enseñaba que el modelo del llanero solitario sea el que debe primar entre los seguidores de Jesús. La tarea del liderazgo ha de ser siempre conjunta (véase para ello Efesios 4)

Un último principio que se deriva de este simple versículo es que los líderes pueden vivir sobrecargados. Esta sobrecarga puede ser debida al no querer reconocer sus propias limitaciones, como mencionaba antes, a un modelo equivocado de liderazgo que lleva a muchos líderes a pensar que compartir debilidades y necesidades les hace perder autoridad y, finalmente, por permitir que otros carguen sobre él o ella responsabilidades que no les corresponden pero que otros les colocan encima.

Sea cual sea la causa el sobrepeso es importante reconocer que la tarea es imposible llevarla a cabo en soledad. Aunque te paguen por hacerlo necesitas de otros.

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